Política | España: razones de la derrota del Partido Popular

España: razones de la derrota del Partido Popular

El Partido Popular ha perdido las elecciones del 14 de marzo de 2004. Una derrota sin precedentes. De una amplísima mayoría absoluta alcanzada en el 2000, a una dura y muy contundente derrota que el candidato Mariano Rajoy, Aznar y el partido conservador aliado de George Bush han debido asumir. Aunque los especialistas apuntan hacia la manipulación de la información en el brutal atentado del 11 de marzo en Madrid y a las consecuencias de una implicación directa de España en la guerra y postguerra iraquí, hay otras razones de fondo que explican tan abultada derrota....

 

 

 

 

 

 






 






El tema central: el 11 M.

El 11 de marzo la sociedad española amanecía espantada y sin poder dar crédito a la descomunal barbaridad que los medios de comunicación informaban. Se trataba del atentado terrorista más grave de la historia de España, en un país que sufre hace décadas del martillo de la banda terrorista ETA, con unos ciudadanos extremadamente sensibilizados con este tipo de terror.

La magnitud de 200 muertos y más de 1.500 heridos impactó no solo en el escenario mundial que revivió la memoria del 11 de septiembre de Nueva York. Todos los medios del mundo abrieron con la misma portada: Madrid, el terror. A los dos días se producía una histórica manifestación: 12 millones de personas en la calle.

La estrategia electoral pasaba por vincular a toda costa el atentado a ETA

El partido Popular y Aznar al frente, con un Rajoy secuestrado desde su designación, no estuvieron a la altura de la circunstancias en tal estado de excepción. Más grave: se manipuló la información intentando hacer creer que la banda terrorista ETA era la autora del atentado, abundando en la rentabilización electoral de esta línea que mediáticamente había vinculado hábilmente a la ambigüedad del pacto entre el PSC de Cataluña y Esquerra Republicana y los contactos del líder de esta última formación con la cúpula de ETA.

El gobierno del Partido Popular, Acebes Ministro del Interior y Zaplana portavoz insistieron en vincular a ETA al atentado, mientras que los propios ciudadanos descubrían furgonetas de los terroristas con pistas inequívocas hacia el mundo islámico. Se dieron precisas instrucciones a a los embajadores desde el Ministerio de Exteriores, desde Presidencia en la Moncloa se llamaba por primera vez a los periodistas extranjeros, se presionaba a la ONU para que en su comunicado se incluyera expresamente la condena a la banda ETA...

La antología del disparate: la manipulación

Un policía enfurecido mataba con su arma a un tendero en el País Vasco por negarse a poner un crespón negro en su establecimiento. Los países europeos no recibieron una información obligada: AlQaeda estaba detrás de los atentados y podría haber sido parte de una cadena en otras ciudades del mundo.... No, para el PP era prioritario confundir a la población española con ETA, eso significaba ni más ni menos que intentar rentabilizar electoralmente un atroz crimen con una mentira.

Llovía sobre mojado... Esta situación tenía antecedentes: el caso del Prestige con una impresentable manipulación; la actitud, arrogancia y distorsión informativa sobre la implicación y participación española en la guerra contra Iraq o la ocultación y distorsión de la información en el reciente caso del accidente aéreo del Yak-42. En realidad, el PP ha apostado durante estos años por el desarrollo de la ceguera política y social.

Otras razones de la derrota del PP

  1. Un deterioro de las prácticas democráticas en general: devaluación de las prácticas parlamentarias en general, de las instituciones y de la toma de decisiones importantes (guerra de Iraq, terrorismo, educación...). Su incapacidad para establecer consenso con otras fuerzas políticas, aplicando una auténtica dictadura de su mayoría absoluta.
  2. Una concepción centrista de la diversidad territorial española, incapaz de asimilar en nuestros días la realidad catalana o vasca.
  3. Un secuestro de la libertad informativa con un control carente de una mínima pluralidad y una clara manipulación de una gran parte de los medios de comunicación.
  4. Continua agresión a los estamentos educativos y de la cultura en general, especialmente a las universidades con una ley (LOU) vejatoria para la autonomía universitaria.
  5. Una intervención activa en el control de las empresas más importantes: Telefónica, BBVA...
  6. Un analfabetismo absoluto en la sociedad de la información, situando a España a la cola de Europa.
  7. Una política social con graves deterioros (precariedad de empleo, inaccesibilidad a la vivienda y retraso en servicios como el sanitario o el educativo con fuertes prácticas privatizadoras).
  8. Una corrupción latente tapada a base de dificultar la investigación parlamentaria o en los medios; en muchos casos no esclarecida (Gescartera, transfuguismo dos diputados Asamblea de Madrid, Comunidad Valenciana, etc. etc....).
  9. Política hipócrita en muchas vertientes: políticas de género (Directora Instituto de la Mujer), Ciencia y tecnología, Empleo, Medioambiente, Infraestructuras Tren Alta Velocidad, Trasvase Ebro, etc.).
  10. Una política exterior alejada de Europa y de nuestro protagonismo en la misma. Un deterioro total en nuestras relaciones con los países árabes (Marruecos, Iraq, etc.).

 

Un futuro incierto

El caso es que Aznar no pasará a la historia como el estadista que quiso ser. Muy a su pesar las lacras de la guerra contra Iraq y el 11 -M le condenan a ser el dirigente de un partido conservador que atentó contra uno de los principios sagrados de la democracia en cuya tradición se situaba la típica derecha española manipuladora, propia del pasado más rancio y paternalista de cuya imagen el PP pretendía alejarse.

 

El PP se enfrenta a un futuro incierto. Mariano Rajoy representaba para un sector del PP la posibilidad de evolucionar desde el poder hacia posturas más moderas y lejanas del radicalismo de José María Aznar, dejando un lastre de radicalización y oportunismo (Alvarez Cascos, Eduardo Zaplana...). Su inesperada derrota sitúa al PP en la incertidumbre más absoluta.

Las hipótesis que circulan son muy diversas, aunque el partido cierra filas en torno a Mariano Rajoy todo es posible. Algunos apuntan la necesidad de una renovación a fondo a cargo de aquellos líderes con más crédito electoral como es el caso de Alberto Ruiz Gallardón, el carismático Alcalde de Madrid. Otros en el partido se inclinan por la línea dura de Aznar que mantenga la cohesión, avalada por el paternalismo bien en activo o en la sombra. Pero en todo caso todos se mueven resituarse en una situación muy difícil, El problema de una derrota totalmente inesperada y no contemplada puede llevar a aflorar problemas ocultos graves.

Colectivo Euroresidentes. España, 15 de marzo de 2004.

 




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