Ante todos los riesgos de la nanotecnología, existirá una gran tentación por parte de gobiernos de ilegalizarla. Sin embargo, no pensamos que esto ofreciese la solución ideal. Muchos países ya invierten millones de dólares en la investigación en la nanotecnología básica. Dentro de una década, la nanotecnología avanzada estará al alcance de las grandes empresas.
Será imposible ilegalizarla a nivel mundial. Y si los países en los que existe un mayor conocimiento de los potenciales riesgos de la nanotecnología dejan de desarrollarla, pues entonces aquellos países menos responsables la desarrollarán y empezarán a comercializarla. Además, una regulación jurídica no tendrá mucho impacto sobre programas militares clandestinos.
En teoría se podría retrasar los avances de la nanotecnología molecular mediante una regulación jurídica muy dura, pero esto podría empeorar las cosas a largo plazo. Si se retrasase el desarrollo de la nanotecnología molecular hasta que fuese relativamente sencillo, entonces sería más complicado estar al día con todos los programas de nanotecnología que estén en marcha.
Además, con una base tecnológica más avanzada, el desarrollo de productos nanomoleculares llegaría incluso antes de lo previsto, dejando menos tiempo para la adaptación necesaria a los cambios socio-económicos derivados.
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