Supongamos que sí, es una realidad: ¿Los seres humanos estamos preparados para asimilar y administrar tanto poder?
Esta es la gran pregunta. No lo sé. La palabra "poder" es la parte más importante de la pregunta, porque si pensamos en la historia de la humanidad y en el desarrollo de la tecnología, veremos como hasta ahora hemos utilizado los avances tecnológicos para obtener poder, y hemos utilizado el poder como medio de imponer fuerza. Cuando vivíamos en tribus, un individuo podía matar a otro individuo con una porra o una lanza. Luego llegó la pólvora, así que un individuo podía matar de forma más rápida. Luego llegó la dinamita, que nos permitía hacer un cañon y matar a muchas personas a la vez. Luego inventamos bombas, capaces de matar a cientos de personas. Y finalmente bombas atómicas con las que podíamos matar a cientos de miles de personas a la vez. Si lo dibujasemos en un gráfico, veríamos como a lo largo de la historia, el poder que puede ser poseído por un individuo ha crecido de forma espectacular.
Así que lo que nos tiene que preocupar en cuanto a la nanotecnología se refiere, no es necesariamente el nivel de madurez o el deseo global por la paz de toda la raza humana, sino los individuos. Si un individuo peligroso fuese uno de los primeros en poseer este nuevo poder que ofrece la fabricación molecular, sería muy peligroso, por lo que no podemos confiar en la buena fé de la mayoría. Tiene que haber mecanismos que impidan que la tecnología caiga en manos de personas que podrían utilizarla para hacer grandes daños. Este es un reto mucho mayor que todos los retos vividos hasta ahora.
En el caso de armas nucleares, naciones podían destrozar naciones, pero un individuos no podía destrozar una nación. Como se requieren billones de dólares y grandes fábricas para construir una arma nuclear, es fácil detectar con la ayuda de satélites dónde se están construyendo misiles nucleares. Por eso debíamos saber, y de hecho sabíamos, que en Iraq no se estaban construyendo este tipo de armas.
Pero cuando se trata de la fabricación de armas con técnicas moleculares, no es tan fácil detectarla. Porque toda la fábrica podría caber en una caja. Se podría crear una nanofábrica del tamaño de esta habitación para fabricar una bomba, o del tamaño de una nave para fabricar aviones militares. Armas altamente destructivas y casi imposibles de detectar. Además, en cuanto alguien desarrollase una nueva arma, otro podría intentar mejorar su capacidad de destrucción de forma muy rápida. Esto es nuestro gran reto - ¿Estamos dispuestos a aunar esfuerzos para protegernos ante semejante posibilidad? Nosotros creemos que ha llegado la hora para actuar como una familia, ayudarnos y encontrar formas de protegernos en vez de luchar. Tal vez suena un poco hippy, pero creo que es así. Y creo que será la prueba más importante a la que jamás se haya afrontado la humanidad.
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