Insomnio

El insomnio es el trastorno de sueño más común entre los adultos. El DSM-IV-TR define al insomnio como una dificultad en iniciar o mantener el sueño, o de que éste no sea reparador. Es necesario también que exista queja por parte de la persona para diagnosticarla de insomnio, ya que muchas personas con patrones de sueño similares a los del insomnio viven sin problemas.

Las causas del insomnio pueden ser múltiples y variadas: desde enfermedades médicas y mentales, situaciones personales estresantes, consumo de drogas, un insomnio causado por un proceso de duelo, etc.

El insomnio familiar fatal es un trastorno hereditario que aparece alrededor de los 55 años cuyos síntomas son irreversibles y catastróficos. Se va perdiendo progresivamente la capacidad para conciliar el sueño hasta que la persona pierde la homeostasis y finalmente cae en coma.



 




Añadir además que el insomnio en el embarazo es uno de los problemas más frecuentes y que más influyen en la embarazada y en el parto. Los estudios sugieren que cuanto menos se duerme en el embarazo, más probabilidades hay de tener un parto largo o con cesárea.

Por otro lado, los niños suelen también dormir mal pero el insomnio infantil no es habitual, por lo que los especialistas recomiendan que se transmita a los niños una buena higiene del sueño.

Los síntomas del insomnio son principalmente la incapacidad de conciliar o mantener el sueño y la sensación de poco o ningún descanso.

Este trastorno puede cronificarse, llegando incluso a padecer insomnio crónico. El insomnio crónico es aquel insomnio que dura más de un mes y normalmente es un problema derivado de otro problema.

El tratamiento del insomnio puede hacerse de diversas maneras, pero el más recomendado en los psicólogos es la terapia cognitivo-conductual.

 

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