Te será difícil para ti (y también para tus padres) encontrar el equilibrio entre la dependencia que tienes y la independencia que deseas. A veces buscarás la ayuda y los consejos de tus padres, otras veces sentirás la necesidad de volar libre, y que te dejen en paz. Esto podrá generar conflictos con tus padres.
Algunos padres de adolescentes temen dar demasiada libertad, siguen imponiendo sus reglas sin diálogo ("mientras vivas bajo este techo...."), hablan sin escuchar y pretenden retrasar el día en que tengas plena independencia.
Otros no tienen tiempo ni ganas de broncas y peleas, y dejan a sus adolescentes más a su aire, a hacer más o menos lo que quieran, y que les cuenten lo menos posible (ojos que no ven, corazón que no siente).
Lo ideal para ti es que tus padres no lleguen a ninguno de estos dos extremos, pero para eso tendrás que esforzarte en no cerrar las vías de comunicación con ellos y en tener paciencia en el momento de explicarles qué quieres hacer, cómo te sientes, dónde vas... La adolescencia es la época en la vida de los seres humanos cuando posiblemente uno tiene menos gantas de comunicar con la gente de otra generación (mayor o menor), pero paradójicamente, cuánto más te esfuerces en este sentido, más puertas se te abrirán.