¡Ya tu pecho mi ardor no provoca,
ni me incita tu labio sedeño,
ya no aroma el clavel de tu boca,
ni tus cantos arrullan mi ensueño!
Nuestros labios se juntan con frío,
nuestros ojos se miran con pena;
se ha tornado tu acento sombrío
y mi voz con tristeza resuena.
Nuestro beso es un beso de olvido...
y este amor con la muerte se aúna
como un rayo de sol diluido
en un triste reflejo de luna...
Ya en el cielo se borran matices,
ya la luna se va marchitando,
y me miras... y nada me dices...
y te miro... y me alejo llorando...
Fragmento de Brisa de Otoño