William Shakespeare: Fragmento de Venus y Adonis
Brilla
el sol desde el cielo, brilla pero calienta,
y mira donde estoy, entre aquel
sol y tú:
El calor que recibo del sol poco me daña;
la
llama de tus ojos es la que a mí me abrasa
y si inmortal no fuera,
aquí me moriría,
entre el sol celestial y este sol terrenal.
¿Insensible, eres roca, duro como el
acero?
O más que roca o piedra que la lluvia ablanda:
¿De
mujer eres hijo, y no puedes sentir
que es amar y el tormento del deseo de
amor?
Si tu madre tuviera espíritu tan duro,
no hubiera conocido
la maternal ternura
¿Quién
soy para que tú me desprecies así,
o que gran amenaza se esconde
tras mi ruego?
¿Qué mal haré si pongo un beso en vuestros
labios?
Hermoso, habla primores, o ten la lengua muda:
Dame tan sólo
un beso, que yo devolveré
con otro más intenso, y si quieres
dos más.