Las mejores playas de Europa
Según los expertos de Guardian Travel, estas son las playas más bonitas del continente europeo.
1. Cala d'en Serra, Ibiza, España: la playa más famosa de Ibiza es la larga media luna de arena blanca de Salinas, llena de bares de moda y gente guapa, pero los habitantes locales prefieren las tranquilas y alejadas calas de la isla. Para llegar a muchas de ellas es necesario realizar un largo descenso por un acantilado hasta llegar a un lugar donde solo hay rocas que entran directamente en el mar. Cala d'en Serra, en la esquina noreste de Ibiza, ofrece lo mejor de ambos entornos: una tranquila y aislada bahía con su propia playa arenosa y aguas cristalinas. Hay un chiringo de playa, regentado por una pareja alemana. Alojamiento: agroturismo en Can Marti, granja orgánica en funcionamiento que produce su propia electricidad con paneles solares; en un valle solitario, a 15 min. de la playa (canmarti.com). Habitaciones dobles desde 130€.
2. Curonian Spit, Lituania: Curonian Spit, una estrecha lengua de terreno de 98km de largo que se adentra en el Mar báltico, es uno de los destinos de playa más insólitos de Europa. Se llega tras 10 minutos en ferry desde el puerto lituano de Klaipeda. Esta península de dunas y bosques de pinos, en donde lobos y alces campan a sus anchas, apenas es conocida por los turistas extranjeros. Contrata una bici en el puerto pesquero de Nida y pasea por la costa. Alojamiento: Kursmariu Vila, en el pueblo de Preila. Este hostal de madera no ganará ningún premio en un concurso de diseño de interiores, pero tendrás una cálida bienvenida y podrás sentarte en su pequeño embarcadero de madera en el jardín trasero mirando a la laguna con una cerveza bien fría y un plato de comida casera (balticholidays.com).
3. Caños de Meca, España: la playa de Caños de Meca forma una cuerva tierra adentro desde el Cabo de Trafalgar, donde el almirante Nelson venció a Napoleón hace más de 200 años. Las cosas han cambiado mucho desde entonces y Canos de Meca se ha convertido en un conocido destino hippy en la Costa de la Luz. La playa todavía conserva un aspecto salvaje, con una estructura de carpas, La Jaima, que va desde la carretera hasta la arena. En su interior encontrarás un estupendo restaurante oriental y podrás tomar unos traicioneros mojitos. cuando la noche se anima se forman improvisadas fiestas que se acaban esparciendo por la playa. Alojamiento: Los Castillejos, con bungalows para dos personas desde 50€ por noche (loscastillejos.com).
4. Barleycove, Condado de Cork, Irlanda: los amantes del sol pueden criticar la inclusión de cualquier playa de un país en el que llueve alrededor de 225 días al año. Sin embargo, quién necesita sol cuando hay dunas para explorar, un río en el que los niños pueden chapotear con seguridad, olas encrespadas con las que jugar y amplias extensiones de inmaculada arena para caminar. La playa, con sus dunas y lagunas colindantes, es una zona protegida en la que se pueden ver cormoranes, cisnes y gaviotas argénteas. Los pueblos más cercanos son el pintoresco pueblo pesquero de Crookhaven y el encantador Goleen. Alojamiento: hay un camping junto a la playa; también está el Barley Cove Beach Hotel o se puede alquilar una casa de campo.
5. Cap Ferret, Francia: al pie de la península de Lège-Cap Ferret, a una hora en coche de Burdeos. En la costa más salvaje del Atlántico, las dunas y la playa se acaban evaporando en una cálida bruma y la arena es tan fina y profunda que chirría bajo los pies. En el lado de Bassin d'Arcachon el mar es más calmo y se puede ver la impresionante Dune du Pilat, la duna más grande de Europa. Poetas y artistas, como Jean Cocteau y Le Corbusier, descubrieron los placeres de Cap Ferret a comienzos del siglo XX. Chez Hortense ha estado sirviendo mejillones y patatas fritas desde los años 20 y a pocos kilómetros de la carretera, en Le Canon, está l'Arkéséon, un pequeño bar- estanco-restaurante-asador camino del puerto, donde podrás tomar una degustación de marisco por 19€. Alojamiento: Hotel Oceane, 62 Ave de l'océan, Cap Ferret. Habitaciones dobles desde 51€.
6. Scopello, Sicilia, Italia: Scopello, un bonito pueblo de piedra en la costa oeste de Sicilia, no podría ser más idílico. A 20 minutos caminando hay una pequeña cala de arena color vainilla y aguas cristalinas. La zona es famosa por su Mattanza, ritual anual de matanza de atún junto a las islas Egadi y cuanta con una planta de procesamiento de atún abandonada. Solo hace falta mucha agua y un buen compañero de playa con quien tumbarse al sol. En agosto suele estar a rebosar. Alojamiento: Tenute Plaia desde 130€ por habitación doble con desayuno incluido (plaiavini.com).
7. Three Cliffs Bay, Gower, Gales: en Three Cliffs Bay no se practica buceo, no hay donde comprar helados ni pubs en los que tomarse unas pintas al final del día, pero es una playa preciosa con un sendero arenoso que desemboca en un cabo cubierto de hierba, donde hay una pequeña cala dorada en forma de U. No es fácil llegar hasta ella, ya que el único acceso es un camino que atraviesa el bosque desde Parkmill, por lo que suele estar bastante desierta (al menos, en temporada alta, nunca está tan llena como las playas más grandes y populares de Gower). Sobre el acantilado están las ruinas del castillo de Penard, con unas vistas ideales. Alojamiento: Eastern Slade Farm Campsite, de 8 a 12 libras por parcela por noche, según el tamaño de la tienda.
8. Sopot, Polonia: ciudad balneario, en el mar Báltico, donde encontrarás una playa de inmaculada arena blanca tan extensa que nunca se llena, incluso en verano, en temporada alta. Como antiguo lugar de recreo de la aristocracia de Prusia, la ciudad ha sido la zona turística más de moda de Polonia durante casi un siglo y, desde el fin de la guerra fría, se ha convertido también en la capital de la marcha con infinidad de bares y discotecas. Para los más sanos, hay numerosas rutas de bicicleta, paseos y senderos por el bosque. Alojamiento: Villa Sedan (sedan.pl). Habitaciones dobles desde 45 libras.
9. Egremni, Lefkada, Grecia: tras bajar unos 350 escalones por un espectacular acantilado en la isla jónica de Lefkada se llega a la playa de Egremni, una larga playa inmaculada de aguas azules en la que, a medida que te aproximas al borde del agua, los guijarros se van haciendo cada vez más finos hasta parecer arena. Ubicada en una zona bastante aislada, Egremni fue un secreto reservado para los habitantes de la zona durante mucho tiempo, pero ahora una carretera cercana la ha abierto a los turistas. Lefkada puede no ser la isla más bonita de Grecia, pero tiene unas cuantas tavernas pequeñas y dos o tres playas espectaculares, especialmente Porto Katsiki, Agios Nikitas y Pefkoulia. Alojamiento: Vassiliki Bay Hotel, hotel de tres estrellas, próximo a un pueblo pesquero (hotelvassilikibay.gr).
10. Warnemünde, Alemania: no es la mejor playa de Alemania, pero ofrece una buena muestra para alguien que quiera probar la costa báltica alemana. En Warnemünde, cerca de la ciudad de Rostock, encontrarás una playa de arena blanca, antiguas tumbonas de mimbre, conocidas como Strandkörbe, y pescado ahumado. Como la mayoría de las playas de la antigua Alemania comunista del este, Warnemünde tiene una zona nudista y otra no. Alojamiento: el albergue juvenil de Warnemünde, al final de la playa, es limpio, barato y con vistas a las dunas.
Fuente: The Guardian Travel
1. Cala d'en Serra, Ibiza, España: la playa más famosa de Ibiza es la larga media luna de arena blanca de Salinas, llena de bares de moda y gente guapa, pero los habitantes locales prefieren las tranquilas y alejadas calas de la isla. Para llegar a muchas de ellas es necesario realizar un largo descenso por un acantilado hasta llegar a un lugar donde solo hay rocas que entran directamente en el mar. Cala d'en Serra, en la esquina noreste de Ibiza, ofrece lo mejor de ambos entornos: una tranquila y aislada bahía con su propia playa arenosa y aguas cristalinas. Hay un chiringo de playa, regentado por una pareja alemana. Alojamiento: agroturismo en Can Marti, granja orgánica en funcionamiento que produce su propia electricidad con paneles solares; en un valle solitario, a 15 min. de la playa (canmarti.com). Habitaciones dobles desde 130€.
2. Curonian Spit, Lituania: Curonian Spit, una estrecha lengua de terreno de 98km de largo que se adentra en el Mar báltico, es uno de los destinos de playa más insólitos de Europa. Se llega tras 10 minutos en ferry desde el puerto lituano de Klaipeda. Esta península de dunas y bosques de pinos, en donde lobos y alces campan a sus anchas, apenas es conocida por los turistas extranjeros. Contrata una bici en el puerto pesquero de Nida y pasea por la costa. Alojamiento: Kursmariu Vila, en el pueblo de Preila. Este hostal de madera no ganará ningún premio en un concurso de diseño de interiores, pero tendrás una cálida bienvenida y podrás sentarte en su pequeño embarcadero de madera en el jardín trasero mirando a la laguna con una cerveza bien fría y un plato de comida casera (balticholidays.com).
3. Caños de Meca, España: la playa de Caños de Meca forma una cuerva tierra adentro desde el Cabo de Trafalgar, donde el almirante Nelson venció a Napoleón hace más de 200 años. Las cosas han cambiado mucho desde entonces y Canos de Meca se ha convertido en un conocido destino hippy en la Costa de la Luz. La playa todavía conserva un aspecto salvaje, con una estructura de carpas, La Jaima, que va desde la carretera hasta la arena. En su interior encontrarás un estupendo restaurante oriental y podrás tomar unos traicioneros mojitos. cuando la noche se anima se forman improvisadas fiestas que se acaban esparciendo por la playa. Alojamiento: Los Castillejos, con bungalows para dos personas desde 50€ por noche (loscastillejos.com).
4. Barleycove, Condado de Cork, Irlanda: los amantes del sol pueden criticar la inclusión de cualquier playa de un país en el que llueve alrededor de 225 días al año. Sin embargo, quién necesita sol cuando hay dunas para explorar, un río en el que los niños pueden chapotear con seguridad, olas encrespadas con las que jugar y amplias extensiones de inmaculada arena para caminar. La playa, con sus dunas y lagunas colindantes, es una zona protegida en la que se pueden ver cormoranes, cisnes y gaviotas argénteas. Los pueblos más cercanos son el pintoresco pueblo pesquero de Crookhaven y el encantador Goleen. Alojamiento: hay un camping junto a la playa; también está el Barley Cove Beach Hotel o se puede alquilar una casa de campo.
5. Cap Ferret, Francia: al pie de la península de Lège-Cap Ferret, a una hora en coche de Burdeos. En la costa más salvaje del Atlántico, las dunas y la playa se acaban evaporando en una cálida bruma y la arena es tan fina y profunda que chirría bajo los pies. En el lado de Bassin d'Arcachon el mar es más calmo y se puede ver la impresionante Dune du Pilat, la duna más grande de Europa. Poetas y artistas, como Jean Cocteau y Le Corbusier, descubrieron los placeres de Cap Ferret a comienzos del siglo XX. Chez Hortense ha estado sirviendo mejillones y patatas fritas desde los años 20 y a pocos kilómetros de la carretera, en Le Canon, está l'Arkéséon, un pequeño bar- estanco-restaurante-asador camino del puerto, donde podrás tomar una degustación de marisco por 19€. Alojamiento: Hotel Oceane, 62 Ave de l'océan, Cap Ferret. Habitaciones dobles desde 51€.
6. Scopello, Sicilia, Italia: Scopello, un bonito pueblo de piedra en la costa oeste de Sicilia, no podría ser más idílico. A 20 minutos caminando hay una pequeña cala de arena color vainilla y aguas cristalinas. La zona es famosa por su Mattanza, ritual anual de matanza de atún junto a las islas Egadi y cuanta con una planta de procesamiento de atún abandonada. Solo hace falta mucha agua y un buen compañero de playa con quien tumbarse al sol. En agosto suele estar a rebosar. Alojamiento: Tenute Plaia desde 130€ por habitación doble con desayuno incluido (plaiavini.com).
7. Three Cliffs Bay, Gower, Gales: en Three Cliffs Bay no se practica buceo, no hay donde comprar helados ni pubs en los que tomarse unas pintas al final del día, pero es una playa preciosa con un sendero arenoso que desemboca en un cabo cubierto de hierba, donde hay una pequeña cala dorada en forma de U. No es fácil llegar hasta ella, ya que el único acceso es un camino que atraviesa el bosque desde Parkmill, por lo que suele estar bastante desierta (al menos, en temporada alta, nunca está tan llena como las playas más grandes y populares de Gower). Sobre el acantilado están las ruinas del castillo de Penard, con unas vistas ideales. Alojamiento: Eastern Slade Farm Campsite, de 8 a 12 libras por parcela por noche, según el tamaño de la tienda.
8. Sopot, Polonia: ciudad balneario, en el mar Báltico, donde encontrarás una playa de inmaculada arena blanca tan extensa que nunca se llena, incluso en verano, en temporada alta. Como antiguo lugar de recreo de la aristocracia de Prusia, la ciudad ha sido la zona turística más de moda de Polonia durante casi un siglo y, desde el fin de la guerra fría, se ha convertido también en la capital de la marcha con infinidad de bares y discotecas. Para los más sanos, hay numerosas rutas de bicicleta, paseos y senderos por el bosque. Alojamiento: Villa Sedan (sedan.pl). Habitaciones dobles desde 45 libras.
9. Egremni, Lefkada, Grecia: tras bajar unos 350 escalones por un espectacular acantilado en la isla jónica de Lefkada se llega a la playa de Egremni, una larga playa inmaculada de aguas azules en la que, a medida que te aproximas al borde del agua, los guijarros se van haciendo cada vez más finos hasta parecer arena. Ubicada en una zona bastante aislada, Egremni fue un secreto reservado para los habitantes de la zona durante mucho tiempo, pero ahora una carretera cercana la ha abierto a los turistas. Lefkada puede no ser la isla más bonita de Grecia, pero tiene unas cuantas tavernas pequeñas y dos o tres playas espectaculares, especialmente Porto Katsiki, Agios Nikitas y Pefkoulia. Alojamiento: Vassiliki Bay Hotel, hotel de tres estrellas, próximo a un pueblo pesquero (hotelvassilikibay.gr).
10. Warnemünde, Alemania: no es la mejor playa de Alemania, pero ofrece una buena muestra para alguien que quiera probar la costa báltica alemana. En Warnemünde, cerca de la ciudad de Rostock, encontrarás una playa de arena blanca, antiguas tumbonas de mimbre, conocidas como Strandkörbe, y pescado ahumado. Como la mayoría de las playas de la antigua Alemania comunista del este, Warnemünde tiene una zona nudista y otra no. Alojamiento: el albergue juvenil de Warnemünde, al final de la playa, es limpio, barato y con vistas a las dunas.
Fuente: The Guardian Travel