Sonsoles Espinosa, la esposa del Presidente del Gobieno español Rodríguez Zapatero, está teniendo una actitud impecable y absolutamente discreta desde el inicicio de la carrera política de su marido. Ambos expresaron públicamente su deseo de que se respetara su vida privada. Pero lo cierto es que, aun no queriendo, estamos en un país que hasta metiéndose uno debajo del agua, hablan.
En las recientes elecciones en los Estados Unidos se identifica claramente el creciente papel que están teniendo las esposas de los Presidentes y candidatos a serlo. Toda la prensa señala a
Laura Bush como uno de los artífeces de la victoria de su marido. Paralelamente, Teresa Heinz - Kerry quizás restó votos a su consorte el candidato demócrata. Y para completar el panorama, el sucesor de John Kerry podría llamarse una tal
Hilary Clinton.
En España las esposas de los presidentes del Gobierno (Suarez, González...) de perfiles muy diferentes, adoptaron históricamente en nuestra joven democracia una posición más bien discreta de "segunda dama", muy conscientes del rol institucional de la monarquía y de la Reina. Quizás el papel más difícil lo tuvo
Carmen Romero -esposa de Felipez González- que estando activa en la política, debía llevar a cabo una representación institucional compatible con su actividad en el partido socialista.
Y la más reciente,
Ana Botella, que ha suscitado todo tipo de controversias. Incluso, la de ursurpar el papel que institucionlamente le correspondería a la Corona, a la Reina, en algunas de las facetas de su actuación pública. De esposa tradicional y de ideas conservadoras a concejala al lado de Ruiz Gallardón, el carismático alcalde de Madrid. Y con un libro de memorias en la Moncloa y todo.
El problema de
Sonsoles Espinosa, la actual inquilina de la Moncloa, es que se encuentra en un país que mediáticamente está dominado por la telebasura. Muchas horas al día se difunde el atropello a la intimidad, se vapulea la ética de las relaciones humanas y se vulgariza algo tan serio como el respeto a la persona. De poco sirve que ella sea de Ávila, licenciada en Derecho y de familia militar.
Nos ha llamado la atención la
noticia difundida en la que
Sonsoles Espinosa, hija de un militar esposa del Presidente, es denunciada por utilizar una piscina de un cuartel de la guardia civil donde va a bucear. Al parecer, por motivos de seguridad, el propio departamento al que pertenece el cuartel la había invitado y la pobre lo hacía fuera de las horas de uso de la piscina. Pero esta es la España que se ha creado. Ni debajo del agua, te dejan en paz. Ni en un cuartel de la Guardía Civil... ¡si Franco levantara la cabeza!
Bromas aparte,
Sonsoles Espinosa ha dejado claro que no quiere renunciar a su autonomía ni a su personalidad y está en su derecho. Está en su derecho de que la carrera política de su marido no interfiera en su vida privada, su familia y su propia carrera profesional. Aunque, conociendo este país, nuestro consejo es que bucee en su bañera mientras no cambien las cosas.
Es urgente y debe tomar nota su marido, por muy impopular que sea, que la televisión en España necesita cambios. La calidad y modernización de televisión pública debe ser el camino. De lo contrario,
Sonsoles acabará siendo un guiñol, formará parte de las tertulias de Tómbola, o será uno de los activos más rentables de crónicas marcianas.
Enlaces:
Etiquetas: zp