Nanotecnología y almacenamiento del carbono
El modo más fiable para almacenar de forma segura el CO2 es lograr que se una con un sólido y forme un carbonato (pensemos en los corales que cubren las rocas en los océanos). Ese proceso es termodinámicamente estable y proporciona, además, una solución a largo plazo para el almacenamiento de CO2. El problema es que con los métodos actuales el proceso requiere mucho tiempo: miles de años.
Sin embargo, el laboratorio Lawrence Berkeley se las ha arreglado recientemente para producir cristales de óxido de magnesio a nanoescala que, según el científico Jeff Urban, podría ayudar a acelerar ese proceso de enlace entre el CO2 y el sólido. “Se sabe que los cristales de óxido de magnesio influyen en los procesos y velocidades de reacción”, señaló. “Y si podemos controlar el tamaño y química de superficie de los cristales, puede que seamos capaces de incrementar considerablemente la velocidad de enlace del CO2 a la superficie”.
Los investigadores del Lawrence Berkeley todavía necesitan descubrir estas piezas y, según Urban, planean estudiar los cristales con más detalle para ver cómo reaccionan en contacto con el CO2 y cómo interactúan con el dióxido de carbono líquido.
Fuente: Earth2Tech