Un hospital en un microchip
Investigadores en los EEUU pretenden desarrollar un biochip implantable que pueda diagnosticar y proporcionar medicación a los soldados tan pronto como resulten heridos. La supervivencia en el caso de heridas de batalla a me nudo depende del nivel de tratamiento en los primeros 30 minutos, por lo que proporcionar tratamiento instantáneo a los soldados heridos antes de que un médico pueda llegar hasta donde están podría incrementar sus posibilidades de supervivencia.
Evgeny Katz de la Universidad Clarkson en Potsdam, Nueva York, y Joseph Wang de la Universidad de California, San Diego, compartirán una subvención de 1,6 millones de dólares y cuatro años de la US Office of Naval Research para crear el hospital decampo en miniatura de alta tecnología.
El sistema automatizado de detección y tratamiento monitorizará de forma continua el sudor, las lágrimas y la sangre del soldado a modo de biomarcadores que indican heridas comunes de guerra como trauma, shock, daño cerebral o fatiga, para luego administrar automáticamente la medicación adecuada.
Katz dirigirá un equipo de investigadores que están trabajando en la creación de enzimas capaces de medir los biomarcadores y en la aportación de la lógica necesaria para preparar un conjunto limitado de diagnósticos basados en varias variables biológicas.
“Ya hemos diseñado bioelectrodos y células de biocombustibles que responden a múltiples señales bioquímicas de forma lógica”, señala Katz, co-investigador principal del proyecto. “En el futuro cabría esperar dispositivos implantables controlados por señales fisiológicas y que respondan a las necesidades de un organismo, concretamente, un humano”.
Fuente: The British Journal of Healthcare Computing & Information Management
Evgeny Katz de la Universidad Clarkson en Potsdam, Nueva York, y Joseph Wang de la Universidad de California, San Diego, compartirán una subvención de 1,6 millones de dólares y cuatro años de la US Office of Naval Research para crear el hospital decampo en miniatura de alta tecnología.
El sistema automatizado de detección y tratamiento monitorizará de forma continua el sudor, las lágrimas y la sangre del soldado a modo de biomarcadores que indican heridas comunes de guerra como trauma, shock, daño cerebral o fatiga, para luego administrar automáticamente la medicación adecuada.
Katz dirigirá un equipo de investigadores que están trabajando en la creación de enzimas capaces de medir los biomarcadores y en la aportación de la lógica necesaria para preparar un conjunto limitado de diagnósticos basados en varias variables biológicas.
“Ya hemos diseñado bioelectrodos y células de biocombustibles que responden a múltiples señales bioquímicas de forma lógica”, señala Katz, co-investigador principal del proyecto. “En el futuro cabría esperar dispositivos implantables controlados por señales fisiológicas y que respondan a las necesidades de un organismo, concretamente, un humano”.
Fuente: The British Journal of Healthcare Computing & Information Management
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