Avance en elevador espacial
Un elevador que conduce al espacio puede sonar a cuento chino, pero los científicos lo han estado considerando en serio durante años y un trabajo de la Universidad de Connecticut podría acabar siendo una pieza clave para que se haga realidad.
El profesor de química de la Universidad de Connecticut, Fotios Papadimitrakopoulos, cree que él y su equipo han encontrado un modo de aprovechar el potencial de los nanotubos, un material extremadamente fuerte hecho de moléculas de carbono. Su trabajo se ha publicado recientemente en a revista Nature Nanotechnology. Sang-Yong Ju es el autor principal.
Si el residente de West Hartford tiene razón acerca del potencial de su trabajo, éste podría conducir a aplicaciones prácticas para todo, desde nuevos sistemas de administración de fármacos a mejores raquetas de tenis.
Y sí, el elevador espacial es una idea que ha estado ahí rondando durante más de un siglo, pero nunca se había considerado en serio hasta los recientes avances relacionados con la tecnología de los nanotubos.
Es más menos como suena. La visión más extendida del elevador espacial es una cinta del grosor del papel, hecha de nanotubos de carbono, que lleva los trasbordadores hasta órbitas a miles de millas de distancia. La cinta estaría sujeta a la superficie de la Tierra, mientras un contrapeso en el otro extremo (una estación espacial, quizá) flotaría en órbita. La fuerza centrífuga de la rotación de la Tierra mantendría tensa la línea.
Fuente: Nanotechnology Now News
El profesor de química de la Universidad de Connecticut, Fotios Papadimitrakopoulos, cree que él y su equipo han encontrado un modo de aprovechar el potencial de los nanotubos, un material extremadamente fuerte hecho de moléculas de carbono. Su trabajo se ha publicado recientemente en a revista Nature Nanotechnology. Sang-Yong Ju es el autor principal.
Si el residente de West Hartford tiene razón acerca del potencial de su trabajo, éste podría conducir a aplicaciones prácticas para todo, desde nuevos sistemas de administración de fármacos a mejores raquetas de tenis.
Y sí, el elevador espacial es una idea que ha estado ahí rondando durante más de un siglo, pero nunca se había considerado en serio hasta los recientes avances relacionados con la tecnología de los nanotubos.
Es más menos como suena. La visión más extendida del elevador espacial es una cinta del grosor del papel, hecha de nanotubos de carbono, que lleva los trasbordadores hasta órbitas a miles de millas de distancia. La cinta estaría sujeta a la superficie de la Tierra, mientras un contrapeso en el otro extremo (una estación espacial, quizá) flotaría en órbita. La fuerza centrífuga de la rotación de la Tierra mantendría tensa la línea.
Fuente: Nanotechnology Now News
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