Pintura solar
Pintura solar: basta con que la utilices para pintar sobre una pared, coche o barco y podrás empezar a generar electricidad. Según el ingeniero químico Cyrus Wadia: "Hoy esto es ciencia-ficción; pero todo lo que hacemos nos está llevando hacia ahí".
Wadia, un estudiante doctoral del grupo interdisciplinar Energy and Resources Group de la UC Berkeley, retomó los estudios tras pasar seis años trabajando. Wadia pasa muchas horas en el laboratorio "sintetizando nanopartículas superpequeñas" en un matraz de tres bocas.
La técnica es tan simple, señala, que "cualquiera que se las arregle bien en una cocina podría llevarla a cabo". A continuación, estas partículas, con un diámetro inferior a la mil millonésima parte de un metro, se ponen en suspensión en una disolución.
Wadia guarda la disolución en un recipiente de vidrio y analiza su nuevo dispositivo en busca de "fotocorriente", la corriente que fluye por un dispositivo fotosensible como resultado de su exposición a una fuente de energía radiante.
La corriente se produce debido al efecto fotovoltaico que impulsa las células solares comunes que se pueden ver sobre los tejados de las casa en los EEUU. Estas matrices fotovoltaicas convierten la luz del sol directamente en electricidad.
Las células solares de nanotecnología apenas tienen unos años. En le 2005, en la Universidad de Toronto, el profesor de ingeniería informática y eléctrica Ted Sargent anunció que había desarrollado un nuevo material plástico basado en nanotecnología que contenía células solares. La investigación de Berkeley lleva la tecnología un paso adelante.
Con estos experimentos nanotecnológicos, Wadia espera identificar un material que sea "extremadamente barato, inocuo y abundante" en la naturaleza y adecuado para la fabricación de células fotovoltaicas. "Puede que no exista" un material como este, admite, "pero debemos intentarlo".
"Puesto que hacemos los nanomateriales en disolución, podríamos utilizar la disolución como tinte", señala Wadia. "Podrías estar viendo una pared amarilla, pero en la que el amarillo es pintura solar".
Fuente: Environment News Service
Wadia, un estudiante doctoral del grupo interdisciplinar Energy and Resources Group de la UC Berkeley, retomó los estudios tras pasar seis años trabajando. Wadia pasa muchas horas en el laboratorio "sintetizando nanopartículas superpequeñas" en un matraz de tres bocas.
La técnica es tan simple, señala, que "cualquiera que se las arregle bien en una cocina podría llevarla a cabo". A continuación, estas partículas, con un diámetro inferior a la mil millonésima parte de un metro, se ponen en suspensión en una disolución.
Wadia guarda la disolución en un recipiente de vidrio y analiza su nuevo dispositivo en busca de "fotocorriente", la corriente que fluye por un dispositivo fotosensible como resultado de su exposición a una fuente de energía radiante.
La corriente se produce debido al efecto fotovoltaico que impulsa las células solares comunes que se pueden ver sobre los tejados de las casa en los EEUU. Estas matrices fotovoltaicas convierten la luz del sol directamente en electricidad.
Las células solares de nanotecnología apenas tienen unos años. En le 2005, en la Universidad de Toronto, el profesor de ingeniería informática y eléctrica Ted Sargent anunció que había desarrollado un nuevo material plástico basado en nanotecnología que contenía células solares. La investigación de Berkeley lleva la tecnología un paso adelante.
Con estos experimentos nanotecnológicos, Wadia espera identificar un material que sea "extremadamente barato, inocuo y abundante" en la naturaleza y adecuado para la fabricación de células fotovoltaicas. "Puede que no exista" un material como este, admite, "pero debemos intentarlo".
"Puesto que hacemos los nanomateriales en disolución, podríamos utilizar la disolución como tinte", señala Wadia. "Podrías estar viendo una pared amarilla, pero en la que el amarillo es pintura solar".
Fuente: Environment News Service
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