Se logra matar células cancerígenas con nanotecnología
Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford ha logrado matar células cancerígenas con nanotecnología, sin dañar a las células sanas, a través de la implantación de cañas sintéticas microscópicas llamadas "nanotubulos" (nanotubules) dentro de las células cancerígenas. Cuando las cañas están expuestas a rayos de luz infrarrojos desde un láser, se calienten, matando la célula. Mientras tanto, aquellas células que no tienen cañas no sufren daños.
Según un artículo en BBC Science, uno de los investigadores, Dr. Hongjie Dai, "Uno de los problemas más constantes en la medicina es cómo curar el cáncer sin dañar a tejidos normales. La quimioterapia destruye tanto células cancerígenas como células normales.... Por esto pacientes amenudo pierden pelo y sufren numerosos efectos secundarios".
Los tubulos de carbón utilizados por el equipo de Stanford miden tan solo la mitad de la anchura de una molécula de ADN, y miles de ellos caben dentro de una célula. En circunstancias normales, luz casi infrarroja pasa por el cuerpo sin causar daños. Pero los científicos de Stanford descubrieron que si colocaban una solución de nanotubulos de carbón por debajo de un rayo de láser casi infrarrojo, la solución se calentaba hasta los 70º centígrados en dos minutos. Luego colocaban los tubulos dentro de las células y vieron como el calor generado por el rayo láser los destrozaban en poco tiempo.
Según Dr. Dai, "Es algo tan sencillo como increíble. Estamos utilizando una propiedad instrínsica de nanotubos para desarrollar una arma que mata al cáncer".
Los investigadores lograron introducir los nanotubulos dentro de células de cáncer pero no en las células sanas aprovechando del hecho de que, a diferencia de células normales, las células cancerígenas están cubiertas por receptores de la vitamina folato. Los científicos pintaron los nanotubulos con moléculas de folato, lo que les facilitaron el paso dentro de células cancerígenas, pero hizo que fuese imposible unirse a células normales. La exposición a los rayos de láser logró matar a las células enfermas, pero dejó intactas a las células normales.
Fuente: BBC
Según un artículo en BBC Science, uno de los investigadores, Dr. Hongjie Dai, "Uno de los problemas más constantes en la medicina es cómo curar el cáncer sin dañar a tejidos normales. La quimioterapia destruye tanto células cancerígenas como células normales.... Por esto pacientes amenudo pierden pelo y sufren numerosos efectos secundarios".
Los tubulos de carbón utilizados por el equipo de Stanford miden tan solo la mitad de la anchura de una molécula de ADN, y miles de ellos caben dentro de una célula. En circunstancias normales, luz casi infrarroja pasa por el cuerpo sin causar daños. Pero los científicos de Stanford descubrieron que si colocaban una solución de nanotubulos de carbón por debajo de un rayo de láser casi infrarrojo, la solución se calentaba hasta los 70º centígrados en dos minutos. Luego colocaban los tubulos dentro de las células y vieron como el calor generado por el rayo láser los destrozaban en poco tiempo.
Según Dr. Dai, "Es algo tan sencillo como increíble. Estamos utilizando una propiedad instrínsica de nanotubos para desarrollar una arma que mata al cáncer".
Los investigadores lograron introducir los nanotubulos dentro de células de cáncer pero no en las células sanas aprovechando del hecho de que, a diferencia de células normales, las células cancerígenas están cubiertas por receptores de la vitamina folato. Los científicos pintaron los nanotubulos con moléculas de folato, lo que les facilitaron el paso dentro de células cancerígenas, pero hizo que fuese imposible unirse a células normales. La exposición a los rayos de láser logró matar a las células enfermas, pero dejó intactas a las células normales.
Fuente: BBC