Investigación sobre el efecto tóxico de los nanotubos
Un nuevo estudio realizado con ratones ha desvelado más pruebas de que los nanotubos de carbono podrían tener efectos similares a los del asbesto. El estudio muestra, por primera vez, que los nanotubos llegan a la capa externa de los pulmones al ser inhalados; al igual que el asbesto. No obstante, los investigadores señalan que hay que interpretar los resultados con precaución.
Al igual que el asbesto, los nanotubos de carbono tienen una elevada relación de aspecto; o lo que es lo mismo, son largos y delgados, lo que implica que tienen el potencial de quedarse atascados al intentar atravesar la pleura, membrada de dos capas que separa los pulmones de la pared torácica. En el caso del asbesto, las fibras se pueden acumular en esta zona, causando enfermedades en los pulmones y mesotelioma, un tipo de cáncer de desarrollo muy lento.
'No estamos diciendo que los nanotubos de carbono sean como el asbesto. Todavía no lo sabemos', señala James Bonner de la Universidad Estatal de carolina del Norte, en EEUU, quien dirigió la investigación. 'No hay pruebas de cáncer. El principal descubrimiento es que [...] los nanotubos llegan al sitio en el que se produce el mesotelioma, pero no tenemos información como para afirmar que éste se vaya a producir'.
El año pasado, surgió la preocupación por la seguridad de los que trabajan con los nanotubos, a raíz de la publicación de un artículo en la revista Nature Nanotechnology, en el que se concluía que los nanotubos podían dañar el tejido pulmonar al ser inyectados en el abdomen de ratones. El estudio, realizado por Bonner y sus colegas, proporciona, ahora, una visión de los posibles efectos de la exposición en el 'mundo real' al examinar lo que sucede cuando se inhalan los nanotubos.
La escala de tiempo (14 semanas) del experimento de Bonner no fue lo suficientemente larga como para comprobar si los nanotubos inhalados causan mesotelioma, pero el equipo observó daños en forma de fibrosis –cicatrices en la pleura–, que también se da con el asbesto. Los ratones que inhalaron nanotubos de carbono de pared múltiple desarrollaron fibrosis en unas dos semanas, al acumularse los nanotubos en células inmunológicas en una zona justo bajo la pleura. En comparación, los ratones que inhalaron nanopartículas negras de carbono sin la particular elevada relación de aspecto, no desarrollaron fibrosis.
Ken Donaldson, de la Universidad de Edimburgo, uno d ellos autores del artículo del 2008, resaltó la importancia de distinguir entre diferentes tipos de nanotubos. Según él, podría ser que los nanotubos más pequeños no causasen daños y, en cambio, los más largos causaran enfermedades. 'No estamos en posición de afirmar que este estudio tiene una relevancia genérica para todos los nanotubos, porque los hay de diferentes largos, composiciones y contaminantes'.
Bonner coincide con él y señala que los efectos tóxicos podrían incluso estar relacionados con el catalizador de níquel empleado en el crecimiento de los nanotubos, cuando otros procesos de fabricación utilizan otros catalizadores diferentes. Según Bonner será necesario realizar más estudios en los que se comparen los efectos de nanotubos de diferentes procedencias, tamaños y en dosis más bajas.
'Esta investigación contribuye a la creciente base de pruebas sobre la toxicidad de la inhalación de nanopartículas de elevada relación de aspecto', señala Steve Hankin, toxicólogo de SAFENANO, en el Instituto de Medicina Ocupacional. De forma crucial, añade, la relación entre la toxicología y el riesgo planteado por cualquier sustancia es la exposición; sin exposición, los riesgos se pueden minimizar considerablemente o incluso eliminar.
Fuente: RSC
Al igual que el asbesto, los nanotubos de carbono tienen una elevada relación de aspecto; o lo que es lo mismo, son largos y delgados, lo que implica que tienen el potencial de quedarse atascados al intentar atravesar la pleura, membrada de dos capas que separa los pulmones de la pared torácica. En el caso del asbesto, las fibras se pueden acumular en esta zona, causando enfermedades en los pulmones y mesotelioma, un tipo de cáncer de desarrollo muy lento.
'No estamos diciendo que los nanotubos de carbono sean como el asbesto. Todavía no lo sabemos', señala James Bonner de la Universidad Estatal de carolina del Norte, en EEUU, quien dirigió la investigación. 'No hay pruebas de cáncer. El principal descubrimiento es que [...] los nanotubos llegan al sitio en el que se produce el mesotelioma, pero no tenemos información como para afirmar que éste se vaya a producir'.
El año pasado, surgió la preocupación por la seguridad de los que trabajan con los nanotubos, a raíz de la publicación de un artículo en la revista Nature Nanotechnology, en el que se concluía que los nanotubos podían dañar el tejido pulmonar al ser inyectados en el abdomen de ratones. El estudio, realizado por Bonner y sus colegas, proporciona, ahora, una visión de los posibles efectos de la exposición en el 'mundo real' al examinar lo que sucede cuando se inhalan los nanotubos.
La escala de tiempo (14 semanas) del experimento de Bonner no fue lo suficientemente larga como para comprobar si los nanotubos inhalados causan mesotelioma, pero el equipo observó daños en forma de fibrosis –cicatrices en la pleura–, que también se da con el asbesto. Los ratones que inhalaron nanotubos de carbono de pared múltiple desarrollaron fibrosis en unas dos semanas, al acumularse los nanotubos en células inmunológicas en una zona justo bajo la pleura. En comparación, los ratones que inhalaron nanopartículas negras de carbono sin la particular elevada relación de aspecto, no desarrollaron fibrosis.
Ken Donaldson, de la Universidad de Edimburgo, uno d ellos autores del artículo del 2008, resaltó la importancia de distinguir entre diferentes tipos de nanotubos. Según él, podría ser que los nanotubos más pequeños no causasen daños y, en cambio, los más largos causaran enfermedades. 'No estamos en posición de afirmar que este estudio tiene una relevancia genérica para todos los nanotubos, porque los hay de diferentes largos, composiciones y contaminantes'.
Bonner coincide con él y señala que los efectos tóxicos podrían incluso estar relacionados con el catalizador de níquel empleado en el crecimiento de los nanotubos, cuando otros procesos de fabricación utilizan otros catalizadores diferentes. Según Bonner será necesario realizar más estudios en los que se comparen los efectos de nanotubos de diferentes procedencias, tamaños y en dosis más bajas.
'Esta investigación contribuye a la creciente base de pruebas sobre la toxicidad de la inhalación de nanopartículas de elevada relación de aspecto', señala Steve Hankin, toxicólogo de SAFENANO, en el Instituto de Medicina Ocupacional. De forma crucial, añade, la relación entre la toxicología y el riesgo planteado por cualquier sustancia es la exposición; sin exposición, los riesgos se pueden minimizar considerablemente o incluso eliminar.
Fuente: RSC
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