Estirar vacunas con nanotecnología
Tras los recientes anuncios de la OMS, en los que se habla de la gripe porcina como “imparable” y se advierte de que la producción de vacunas podría nos ser suficiente para cuando llegue la temporada de la gripe, ha comenzado el debate sobre qué hacer con la pequeña cantidad de vacuna para la H1N1 que se producirá este año.
Para el científico australiano Mark Kendall, la respuesta es diseñar un sistema de vacunas que proporcione la misma protección que una inyección normal pero utilizando solo una fracción de la vacuna.
Kendall y su equipo del Australian Institute for Bioengineering and Nanotechnology en Brisbane están trabajando en un pequeño parche que estiraría la poca vacuna que estuviese lista para la temporada de gripe con el fin de poder aplicarla a un segmento mucho más amplio de la población.
El parche es más pequeño que una yema de un dedo. Un lado está lleno de pequeñas puntas recubiertas con vacuna desecada. A diferencia de la inyección habitual de vacuna, que se inyecta profundamente bajo el tejido, antes de que el sistema inmunológico acabe encontrándola, la identifique y responda al virus, el parche apenas penetra en la piel.
Es probable que funcione: porque la piel constituye la primera línea de defensa del cuerpo contra las infecciones el mundo exterior, una densa capa de glóbulos blancos reside justo bajo su superficie. En lugar de evitar esas células, como hace una inyección normal, el parche se dirige a ellas directamente. Inyectando la vacuna en estos glóbulos blancos, el parche puede provocar la misma respuesta inmunológica que una inyección normal con una cantidad de vacuna considerablemente inferior.
El parche todavía no está listo, pero el Australian National Health and Medical Research Council ha acelerado el programa, con la esperanza de que Kendall y su equipo puedan ganar la carrera a la próxima estación de la gripe.
Fuente: Popsci
Para el científico australiano Mark Kendall, la respuesta es diseñar un sistema de vacunas que proporcione la misma protección que una inyección normal pero utilizando solo una fracción de la vacuna.
Kendall y su equipo del Australian Institute for Bioengineering and Nanotechnology en Brisbane están trabajando en un pequeño parche que estiraría la poca vacuna que estuviese lista para la temporada de gripe con el fin de poder aplicarla a un segmento mucho más amplio de la población.
El parche es más pequeño que una yema de un dedo. Un lado está lleno de pequeñas puntas recubiertas con vacuna desecada. A diferencia de la inyección habitual de vacuna, que se inyecta profundamente bajo el tejido, antes de que el sistema inmunológico acabe encontrándola, la identifique y responda al virus, el parche apenas penetra en la piel.
Es probable que funcione: porque la piel constituye la primera línea de defensa del cuerpo contra las infecciones el mundo exterior, una densa capa de glóbulos blancos reside justo bajo su superficie. En lugar de evitar esas células, como hace una inyección normal, el parche se dirige a ellas directamente. Inyectando la vacuna en estos glóbulos blancos, el parche puede provocar la misma respuesta inmunológica que una inyección normal con una cantidad de vacuna considerablemente inferior.
El parche todavía no está listo, pero el Australian National Health and Medical Research Council ha acelerado el programa, con la esperanza de que Kendall y su equipo puedan ganar la carrera a la próxima estación de la gripe.
Fuente: Popsci
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