Nanotecnología y el sector alimentario
Los pros y contras de nano-alimentos
La nanotecnología tiene el potencial de mejorar los alimentos que comemos, haciendo que resulten más sabrosos, más sanos y más nutritivos. No obstante, apenas se sabe nada de cómo se comportan las nanopartículas en el cuerpo, ni de qué clase de efectos tóxicos podrían tener. Hermann Stamm, que investiga sobre esto en el Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea, realizó una prsentación sobre el tema de los nanoalimentos en el encuentro anual de la American Association for the Advancement of Science (AAAS) celebrado en Chicago, EEUU.
Antes de partir para el evento, el Dr. Stamm habló para CORDIS News acerca de cómo se utiliza la nanotecnología en el sector de los alimentos, cuáles son los riesgos y qué es necesario investigar. Citando a expertos del sector, explicó que los alimentos que contienen nanomateriales artificiales no están a la venta en Europa, pero sí se pueden conseguir a través de Internet.
La nanotecnología se puede utilizar para mejorar el sabor y la textura de los alimentos, para reducir su contenido en grasa o para encapsular nutrientes como vitaminas para garantizar que no se degradan durante el tiempo que el producto pasa en los estantes de las tiendas. Además de esto, los nanomateriales se pueden utilizar para fabricar embalajes que mantengan los alimentos en su interior más frescos durante más tiempo. El embalaje inteligente de alimentos, que incorpora nanosensores, podría incluso proporcionar a los consumidores información sobre el estado de los alimentos que contiene en su interior.
Sin embargo, añadir nanomateriales a los alimentos no carece de riesgos. 'Se sabe que debido a su pequeño tamaño, los nanomateriales pueden atravesar barreras como el epitelio del intestino e introducirse en el torrente sanguíneo', señaló el Dr. Stamm. 'Desde ahí pueden alcanzar otros órganos secundarios y acumularse en ellos'.
Sabemos que las partículas ultrafinas delos motores diesel pueden introducirse en los pulmones y varios estudios han descubierto una relación entre esta partículas y enfermedades cardiovasculares. Los estudios realizados con animales han confirmado también que las nanopartículas pueden atravesar la pared intestinal.
El Dr. Stamm formó parte de un grupo EFSA (European Food Safety Authority) que, recientemente, ha publicado una opinión sobre el uso de la nanotecnología en los alimentos y el pienso. Los investigadores observaron que los enfoques actuales de evaluación de riesgos se podían aplicar al estudio de los nanomateriales, pero advirtieron que no se pueden extrapolar a las nanoversiones de una sustancia los datos de las versiones no nanométricas de dicha sustancia. Esto se debe a que el diminuto tamaño de las nanopartículas les permite circular por el cuerpo de distinta forma que las partículas más grandes, mientras que su elevada área de superficie aumenta su reactividad. Por este motivo, la evaluación de riesgos se debería llevar a cabo caso por caso.
Según el Dr. Stamm, se necesita mucha más investigación para entender cómo se desplazan por el cuerpo las nanopartículas y qué pruebas se deberían realizar para determinar su toxicidad.
Fuente: Azonano
La nanotecnología tiene el potencial de mejorar los alimentos que comemos, haciendo que resulten más sabrosos, más sanos y más nutritivos. No obstante, apenas se sabe nada de cómo se comportan las nanopartículas en el cuerpo, ni de qué clase de efectos tóxicos podrían tener. Hermann Stamm, que investiga sobre esto en el Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea, realizó una prsentación sobre el tema de los nanoalimentos en el encuentro anual de la American Association for the Advancement of Science (AAAS) celebrado en Chicago, EEUU.
Antes de partir para el evento, el Dr. Stamm habló para CORDIS News acerca de cómo se utiliza la nanotecnología en el sector de los alimentos, cuáles son los riesgos y qué es necesario investigar. Citando a expertos del sector, explicó que los alimentos que contienen nanomateriales artificiales no están a la venta en Europa, pero sí se pueden conseguir a través de Internet.
La nanotecnología se puede utilizar para mejorar el sabor y la textura de los alimentos, para reducir su contenido en grasa o para encapsular nutrientes como vitaminas para garantizar que no se degradan durante el tiempo que el producto pasa en los estantes de las tiendas. Además de esto, los nanomateriales se pueden utilizar para fabricar embalajes que mantengan los alimentos en su interior más frescos durante más tiempo. El embalaje inteligente de alimentos, que incorpora nanosensores, podría incluso proporcionar a los consumidores información sobre el estado de los alimentos que contiene en su interior.
Sin embargo, añadir nanomateriales a los alimentos no carece de riesgos. 'Se sabe que debido a su pequeño tamaño, los nanomateriales pueden atravesar barreras como el epitelio del intestino e introducirse en el torrente sanguíneo', señaló el Dr. Stamm. 'Desde ahí pueden alcanzar otros órganos secundarios y acumularse en ellos'.
Sabemos que las partículas ultrafinas delos motores diesel pueden introducirse en los pulmones y varios estudios han descubierto una relación entre esta partículas y enfermedades cardiovasculares. Los estudios realizados con animales han confirmado también que las nanopartículas pueden atravesar la pared intestinal.
El Dr. Stamm formó parte de un grupo EFSA (European Food Safety Authority) que, recientemente, ha publicado una opinión sobre el uso de la nanotecnología en los alimentos y el pienso. Los investigadores observaron que los enfoques actuales de evaluación de riesgos se podían aplicar al estudio de los nanomateriales, pero advirtieron que no se pueden extrapolar a las nanoversiones de una sustancia los datos de las versiones no nanométricas de dicha sustancia. Esto se debe a que el diminuto tamaño de las nanopartículas les permite circular por el cuerpo de distinta forma que las partículas más grandes, mientras que su elevada área de superficie aumenta su reactividad. Por este motivo, la evaluación de riesgos se debería llevar a cabo caso por caso.
Según el Dr. Stamm, se necesita mucha más investigación para entender cómo se desplazan por el cuerpo las nanopartículas y qué pruebas se deberían realizar para determinar su toxicidad.
Fuente: Azonano
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