Investigadores españoles y nanotecnologia
Según una nota de prensa de la Universidad Pública de Navarra, un equipo de investigadores, coordinado por un profesor de esta Universidad, Antonio Gil Bravo, ha comenzado a estudiar el diseño y desarrollo de materiales absorbentes para almacenar hidrógeno, proceso clave en el cambio de motores de combustión interna, poco eficaces y contaminantes, a automóviles con celdas de combustible de hidrógeno (ver también sistemas para almacenar hidrógeno).
"El proyecto, titulado Desarrollo de materiales para almacenamiento de hidrógeno mediante adsorción física, está siendo financiado por el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, dentro del Plan de Formación de I+D, con un presupuesto de 28.800 euros distribuido en dos años. En el equipo de investigación participan, además del profesor Antonio Gil Bravo y Sophia Korili, miembros del Departamento de Química Aplicada de la Universidad Pública de Navarra, investigadores del Departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Salamanca, del Instituto Nacional del Carbón (CSIC, Oviedo) y del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (CSIC, Madrid).
Actualmente, según explica el profesor Gil, la producción de hidrógeno "no supone un problema". Desde hace años, tanto mediante reformado catalítico, como a través de la electrólisis del agua, se ha obtenido hidrógeno. Sin embargo, la cuestión que se plantea con la utilización del hidrógeno como combustible es su generación o almacenamiento en las cantidades requeridas por un medio de transporte y sin que resulte peligroso, ya que se trata de un gas altamente inflamable. "En condiciones normales el hidrógeno se encuentra en estado gaseoso, por lo que hay que mantenerlo a alta presión o, si se quiere reducir la presión, se debe de bajar la temperatura de almacenamiento. Estas dos circunstancias provocan dificultades tecnológicas, además de los añadidos de seguridad", indica el profesor Gil.
Existen diversas maneras de almacenar el hidrógeno: presurizado, licuado, absorbido en metales (como hidruros) y fisisorbido en materiales adecuados. Este último método, "que consiste en la adsorción física en materiales porosos", es el que se está desarrollando en este proyecto de investigación, cuya finalización está prevista para el próximo año. En concreto, "nosotros lo estamos estudiando mediante el empleo de materiales nanoporosos, materiales cuyo tamaño de poro se encuentra en el rango de 0 a 10-6 metros", precisa.
El citado equipo de investigadores ha comenzado a trabajar con tres familias de materiales: carbones activados, zeolitas y arcillas apilaradas, "con las que ya tenemos una gran experiencia". Estos materiales, destaca el profesor Gil, cumplen cuatro requisitos: "tienen resistencia mecánica y son seguros, además de ser ligeros y baratos".
El almacenamiento basado en la fisisorción presenta una eficacia energética potencialmente más elevada que el resto de opciones de almacenamiento señaladas, puesto que el hidrógeno se retiene a baja temperatura y el 100% del hidrógeno que se ha adsorbido se puede recuperar. "El bajo punto de ebullición del hidrógeno (- 253 ºC) hace necesario emplear temperaturas alrededor de - 196 ºC para alcanzar suficiente cantidad de hidrógeno adsorbido. Liberar el hidrógeno fisisorbido puede ser además un proceso rápido y que se puede realizar fácilmente con pequeños cambios de presión y/o temperatura", señala el profesor".
Fuente: Noticias, Universidad de Navarra
"El proyecto, titulado Desarrollo de materiales para almacenamiento de hidrógeno mediante adsorción física, está siendo financiado por el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, dentro del Plan de Formación de I+D, con un presupuesto de 28.800 euros distribuido en dos años. En el equipo de investigación participan, además del profesor Antonio Gil Bravo y Sophia Korili, miembros del Departamento de Química Aplicada de la Universidad Pública de Navarra, investigadores del Departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Salamanca, del Instituto Nacional del Carbón (CSIC, Oviedo) y del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (CSIC, Madrid).
Actualmente, según explica el profesor Gil, la producción de hidrógeno "no supone un problema". Desde hace años, tanto mediante reformado catalítico, como a través de la electrólisis del agua, se ha obtenido hidrógeno. Sin embargo, la cuestión que se plantea con la utilización del hidrógeno como combustible es su generación o almacenamiento en las cantidades requeridas por un medio de transporte y sin que resulte peligroso, ya que se trata de un gas altamente inflamable. "En condiciones normales el hidrógeno se encuentra en estado gaseoso, por lo que hay que mantenerlo a alta presión o, si se quiere reducir la presión, se debe de bajar la temperatura de almacenamiento. Estas dos circunstancias provocan dificultades tecnológicas, además de los añadidos de seguridad", indica el profesor Gil.
Existen diversas maneras de almacenar el hidrógeno: presurizado, licuado, absorbido en metales (como hidruros) y fisisorbido en materiales adecuados. Este último método, "que consiste en la adsorción física en materiales porosos", es el que se está desarrollando en este proyecto de investigación, cuya finalización está prevista para el próximo año. En concreto, "nosotros lo estamos estudiando mediante el empleo de materiales nanoporosos, materiales cuyo tamaño de poro se encuentra en el rango de 0 a 10-6 metros", precisa.
El citado equipo de investigadores ha comenzado a trabajar con tres familias de materiales: carbones activados, zeolitas y arcillas apilaradas, "con las que ya tenemos una gran experiencia". Estos materiales, destaca el profesor Gil, cumplen cuatro requisitos: "tienen resistencia mecánica y son seguros, además de ser ligeros y baratos".
El almacenamiento basado en la fisisorción presenta una eficacia energética potencialmente más elevada que el resto de opciones de almacenamiento señaladas, puesto que el hidrógeno se retiene a baja temperatura y el 100% del hidrógeno que se ha adsorbido se puede recuperar. "El bajo punto de ebullición del hidrógeno (- 253 ºC) hace necesario emplear temperaturas alrededor de - 196 ºC para alcanzar suficiente cantidad de hidrógeno adsorbido. Liberar el hidrógeno fisisorbido puede ser además un proceso rápido y que se puede realizar fácilmente con pequeños cambios de presión y/o temperatura", señala el profesor".
Fuente: Noticias, Universidad de Navarra