viernes, marzo 26, 2010

Beethoven (1)

El entusiasmo musical puede cambiar a lo largo de los años pero Beethoven siempre ha sido uno de mis compositores favoritos y en el centro de mi apreciación de la música clásica. Su historia personal de lucha y victoria sobre su angustioso temperamento y su sordera forman parte de la impresión de su música en mi mente. Pero ahora con más años aunque todavía aprecio su genio encuentro una agresión implícita en sus obras que ahora se me hace difícil disfrutar su música. Hay un ataque desapiadado sin humor en algunos de sus obras tanto que me siento la necesidad de rendirme ante ello. Su brillantez no esta en duda (¡y si lo fuera quien soy yo para cuestionarlo!) Pero si la música habla aquí tenemos una voz insistente que para mi es menos irresistible que antes.

Sin embargo he estado escuchando de nuevo mis discos de las treinta y dos sonatas para el piano de Beethoven. Son grabaciones de Paul Lewis para el sello Harmonia Mundi – quizás debería retirar mi confesión y revisar mi opinión. Estoy asombrado por su pura inventiva y su abandono de la plataforma de conciertos. Conocido en su día como un improvisador brillante y pianista virtuoso la evidencia de ello esta en su música. Uno tiene el presentimiento de un viaje emocionante en el cual esta comunicándose consigo mismo y con la gente escuchándola.

Parece que hay un dialogo constante, el teclado intentando conseguir lo que solo se experimenta en una partidura para la orquesta. Lo inesperado sigue ocurriendo – ‘¿a donde va a ir?’ me pregunto y casi siempre es donde no me lo esperaba. A pesar de mis dudas sobre Beethoven me habla en sus sonatas y pide mucha atención pero siempre me deja renovado y deseoso de más. (¡Hay mucho mas… todavía solo estoy en el numero 8!) Disfruto escuchar los adagios y minuetos que equilibran los allegros vigorosos tan característicos de los otros movimientos inquietos. Quizás esta relacionado con mi edad avanzado – me gusta la música tranquila mucho mas que antes.

Escribiré sobre este tema otra vez cuando llego al final de esta peregrinación. Mientras tanto tengo la ventaja de escuchar a un pianista maestro para quien la fidelidad a la partidura es lo más importante. Escribí un blog sobre ver Paul Lewis en directo en Abril 2008.
B.R.

martes, marzo 16, 2010

Birmingham y Bournemouth: Lugansky y Lill

Hace un par de semanas fui a dos conciertos para orquestas – un poco raro para mi pero un lujo. Uno de los conciertos fue interpretado por mi orquesta favorita – la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham (the City of Birmingham Symphony Orquesta). Esta orquesta tiene un director de música brillante, Andris Nelsons (¡pero nueve fotos en el programa es demasiado!). Lo mejor del concierto fue el tercer concierto para el piano de Rachmaninov una de mis obras favoritas. El solista fue Nikolai Lugansky. Su poderosa interpretación fue nada menos que sensacional y la acompañamiento de la orquesta fue magnifico.

Lugansky es un hombre interesante – dice que cree en Dios porque ‘existe la música’. En una entrevista con un periodista Holandés cito el pianista legendario Michelangeli, quien una vez dijo que el pianista debería ser el cura del compositor. Y incluso con esta obra tormentosa Lugansky tenia serenidad, claridad y pureza en sus interpretaciones (también le he oído tocar el segundo concierto para el piano de Rachmaninov en otra ocasión). Entre los pianistas de su generación es, en mi opinión, excepcional.

El otro concierto fue en Bristol, John Lill, un artista muy distinto interpreto un concierto muy distinto – el segundo concierto de Beethoven con la orquesta sinfónica de Bournmouth (the Bournemouth Symphony Orchestra) reducida para esta obra. Fue una interpretación sensible como la música que lo precedió - música para el ballet ‘Idomeneo’. El director fue el Americano James Gattigan, un hombre joven pero con experiencia – ha trabajado con más de veinte cinco orquestas y en el programa dice que reside en Brooklyn con su mujer – pero me pregunto cuando.

Ambos conciertos tenían en común Dvorak. En un concierto interpretaron su octava sinfonía y en Bristol su séptima sinfonía. Ambos representaciones fueron excelentes y estaba claro que se habían preparado muy bien. La orquesta de Birmingham tenían la ventaja de trabajar con un director permanente pero Gaffigan fue impresionante y la orquesta le aplaudieron además del publico. Pero tengo dudas sobre la manera en la que se suele interpretar a Dvorak como un compositor del siglo veinte más que el siglo diecinueve con la énfasis en la velocidad y los puntos culminantes. Para mi su uso de los instrumentos de viento muestra su don. Quizás lo estoy imaginando y no soy ningún experto. Pero si es cierto que rompió barreras y contribuyo al desarrollo de la música sinfónica.

Disfrute mucho de los momentos tranquilos en ambos conciertos que contrastaron mucho con los puntos culminantes enormes. ¡Los dos conciertos fueron maravillosos!
B.R.

jueves, marzo 11, 2010

Lorin Maazel - una leyenda viva

Desde hace años he oído hablar del director Americano de música ya veterano Lorin Maazel, y por fin he tenido la suerte de verle en directo. Parece que colecciona orquestas además de las buenas críticas. Ha sido el director de música para la New York Philarmonic Orquesta, la Philharmonia, the Clevedon Orquesta, la National Symphony Orquesta, la Arturo Toscanini Philharmonic (no conozco a esa orquesta), la Bavarian Radio Symphony, el director de la Vienna State Opera y ahora va a cumplir tres años trabajando con la orquesta del teatro de opera Ciutat de les Arts i les Ciències (ciudad de artes e ciencias) el complejo enorme de entretenimiento diseñado por Santiago Calatrava y Félix Candela en la ciudad de Valencia.

Me sentí privilegiado poder ver en directo a ese director tan distinguido. Fue un concierto representado por la Philharmonia en su gira actual con Maazel. La semana que viene estarán en Dortmund, Alemania con el mismo programa. Es como muchos otros directores bajo en estatura con mucha energía en el podio con instrucciones claras para la orquesta – y esta claro que le admiran mucho. Y habían muchos puntos culminantes en este concierto. Maazel dirige todo el rato sin partidura.

El programa de música fue emocionante y la obra mas importante para mi y para muchos del publico fue el primer concierto de Tchaikovsky con el solista el pianista Simon Trpceski de Macedonia a quien le costo mucho ponerse cómodo en la silla para el piano – el publico le aplaudió cuando lo consiguió y el les respondió con una reverencia. Hubo un entendimiento excepcional entre la orquesta y el solista. Fue una representación virtuosa pero eso fue lo normal en toda la noche.

Puede que quede raro pero el mejor momento de este concierto para mi fue la primera obra ‘Los bailes de Galanta’ por Kodaly un favorito para mi desde hace tiempo como casi todas las obras de este compositor Húngaro. Visite la casa Kodaly en Budapest cuando visite la ciudad en el invierno de 1994 (para mas información ver los blogs de ciudades europeas) y durante los años he coleccionado muchas de sus grabaciones. Fue una representación sensacional y escuchar la música en directo no tiene comparición y la relación entre los instrumentos especialmente el clarinete y los instrumentos de cuerda fue una revelación para mí.

Después del descanso la noche se acabo con un tono triunfal con la orquestación de Mussorgsky’s Pictures at an Exhibition por Ravel. Salí del auditorio Colston Hall muy contento.

¡Una noche maravillosa!

Bryan