miércoles, diciembre 10, 2008

El Coro Boyan de Kiev

Estuvimos en Bristol la semana pasada para asistir a un concierto por este coro de hombres de Ucrania al final de su gira por el Reino Unido. Llevan viniendo a Gran Bretaña desde 1992 y aunque una vez estuvo financiado por la vieja USSR ahora dependen del dinero que reciben de las ventas de entradas para sus conciertos y la hospitalidad de sus numerosos aficionados. Viajan en autobús y barco para ahorrar dinero. Les quedan cuatro conciertos mas en el Reino Unido el último tendrá lugar en Hereford esta semana. Ayer el sonido en el catedral católico en Clifton, Bristol, era excelente, su profesionalidad también y fueron bien merecido los aplausos entusiastas del publico al final del concierto.

La primera parte del concierto consistía en cantos litúrgicos, los veinte cuatro miembros del coro estaban vestidos con sotanas negras. Unas canciones fueron cantadas por el tenor solista, V.Mitryayev, el soprano B. Ivanenko y el bajo, V. Pudchenko entre otros. Sus voces se oían encima de las armonías del coro. Este sonido diferente era conmovedor y evocaba la tradición religiosa de los ortodoxos del este y la pureza y austeridad de esta rama de la iglesia cristiana, la cual ha existido durante muchos años sin referencia a ninguna otra parte de cristianismo.

En la segunda parte el coro, ahora vestidos en blanco, canto una serie de canciones folk algunas de las cuales eran tristes y otras divertidas. El coro canto con mucho precisión y parecía que los miembros del coro estaban disfrutando tanto como el público. La primera parte del concierto solemne estaba compensada por el encanto del coro en mostrar otra faceta de su arte.

Entiendo que los miembros de este coro vienen del mejor coro de hombres de Ucrania: el coro Revutsky de Kyiv (Kiev). El coro Boyan ha viajado de gira por el Reino Unido, Francia, Alemania, España, Bélgica, Italia, Luxemburgo, Israel y Polonia además de países del anterior USSR. Sus planes para el futuro incluyen una gira por los Estados Unidos y Canadá.

Deberían visitar España – si eran capaces de animar un publico de ingleses una tarde de domingo muy fría se dado por hecho que animarían un publico español mas extrovertido. Estoy seguro que serian bien recibidos por una gente con antiguos tradiciones musicales.

Mientras tanto aquí estamos esperando su próxima visita en la esperanza que tendremos más oportunidades de verles otra vez.
B.R.

lunes, diciembre 01, 2008

La gloriosa orquesta Halle

Ralph Vaughan-Williams una vez se referío a John Barbirolli, como ‘Glorioso John’. En 1943 (ver el blog John Barbirolli) había vuelto de sus 6 años como director de la orquesta filarmónica de Nuevo York para rescatar la orquesta Halle ó lo que quedaba de ella. Entonces solo tenía 30 miembros y Barbirolli trabajo mucho para crear una de las orquestas más finas de Gran Bretaña y permaneció como su director casi todo el resto de su vida. Ahora es la orquesta mas antigua de Gran Bretaña y su director actual, Sir Mark Elder, lo ha llevado a nuevos niveles de excelencia. Ayer estuve en un concierto de esta orquesta, una de mis favoritas, en Bristol – es la primera vez que la he oído tocar en directo por una década ó mas. Antes cuando vivía en Sheffield tenía mas oportunidades de verla en directo. Es un instrumento magnifico, pulido en su precisión y opulento en tono. Tiene un sonido inusual, por lo menos para mí. Hace poco han editado un CD de música de Elgar llamado el ‘Dream of Gerontius’ que ha recibido buenas criticas.

Ahora es la orquesta la gloriosa no Barbirolli.

El director anoche fue el Ruso Alexander Lazarev, quien vi dirigir hace muchos años en Ámsterdam. Subió el podio para la overtura, gafas en una mano y la otra extendido a la orquesta, saludo el publico, puso sus gafas y empezó el concierto abriendo sus brazos (sin batuta) para las primeras notas de a overtura ‘Euryanthe’ de Weber. Mantenía su nivel de energía durante todo el concierto con mucho efecto – dio todo su atención a la primera sinfonía de Tchaikovsky (es una sinfonía confusa pero interesante la cual el compositor llamo el pecado de su dulce juventud). Termino con tantos gestos teatrales que casi acabo en la primera fila de las butacas.

Pero la joya del concierto fue la representación del concertó para el violín de Sibelius por el solista Noruego Henning Kraggerud. Fue una interpretación sensible y profunda de una obra muy difícil que alterna entre melodías y disonancia. Hay momentos cuando parece que es una batalla entre la orquesta y el solista. Hubo un entendimiento perfecto entre ambos y fue una noche memorable.

Fue uno de esas ocasiones cuando te sientes privilegiado al estar presente.
B.R.