martes, septiembre 16, 2008

Ralph Vaughan-Williams

Fui a la representación del concertó para piano de Vaughan-Williams. Como no conocía mucho esta obra compre un CD de Lyrita : Howard Shelley y la R.P.O dirigido por Vernon Handley. Mientras lo escuchaba en casa no me conmovió mucho pero de todas formas no soy gran aficionado de Vaughan-Williams. Mientras me gusta la mayoría de sus obras no me impresionan demasiado y estoy de la opinión de que sus obras son producto de la época en la que estaban escritas. Mucha gente no estaría de acuerdo con esa opinión y cincuenta años después de su muerte muchas de sus obras se están representando en varios lugares de Gran Bretaña y su contribución a la música Británica está siendo evaluada de nuevo.

Sin embargo cuando estaba escuchando el concertó en directo fue otra experiencia. Fue representado por el joven pianista Británico Ashley Wass, quien toco con mucha pasión cuando fue necesario y con mucha delicadez en otros momentos. Fue una representación con mucho compromiso por un pianista que tiene una reputación especial para representar compositores Ingleses del siglo pasado. Junto con la orquesta filarmónica de la BBC bajo la dirección de Vassily Sinaisky la representación de aquella noche estaba bien preparada y el público la recibió como una obra importante que merecía ser nuevamente escuchada. Y mientras escribo estoy escuchando el mismo disco con un nuevo interés.

El ultimo movimiento acaba con una cuerda en B minor. Hable con alguien después del concierto para quien esto le confirmo su desaprobación de esta obra por Vaughan-Williams. Para mi tuvo el afecto contrario, como otras dos personas sentadas a lado mió quienes estaban claramente conmovidos por la obra. El final de la obra fue muy hermoso casi como una bendición seguida por un silencio hasta que lo rompieron los aplausos entusiastas del público. Wass entonces toco un poco mas, creo que fue una obra escrita por Frank Bridge.

La otra música en el programa de aquella noche fue una obertura de Elgar 'In the South' y 'Sheherazade' de Rimsky-Korsakov. Ambos estuvieron bien representadas y el viola en la obra de Elgar me gusto mucho. Sin embargo la orquesta no había contado con la contribución del tiempo. Durante los momentos silenciosos del segundo movimiento del concertó se oía truenos y la lluvia que caía encima de la gran cúpula del auditorio del Royal Albert Hall.

¡Ni esta noche pudimos escaparnos del mal tiempo de este verano Británico!

B.R.

martes, septiembre 09, 2008

La música – un viaje de descubrimiento

Tengo el hábito de que me guste lo que los demás quizás llaman música de segunda categoría, música que nunca ha ganado la aprobación de la multitud y que entonces esta esperando a ser descubierta por las masas. Tengo la esperanza de que los compositores que sin duda tienen talento pero que no son muy conocidos tal vez un día sean reconocidos y valorados. Varios de ellos pertenecen a la tradición de música Inglesa llamado ‘pastoral’ muchas de las obras fueron escritas durante los principios del siglo pasado. Frank Bridge (el mentor de Benjamin Britten), Gordon Finzi, y George Butterworth quien murió en la Guerra de 1914 – 1919 están entre ellos. Pero esta claro que Gian Francesco Malipiero no es.

Malpiero es uno de una generación de compositores Italianos nacido en 1880 y conocido como la ‘generazione dell’Ottanta’. Malpiero estaba influenciado por la música antigua además de compositores contemporáneos Franceses y Rusos. Malpiero nació en Venecia y por mucho de su larga vida vivía en esta región y al final se instalo en un pueblo de campo llamado Asolo. Dedico gran parte de su vida a editar las obras abandonadas de compositores como Monteverdi (1567-1643) y Frescobaldi (1583-1343), pero también escribió una enorme cantidad de música que incluyen 30 operas y once sinfonías numeradas y seis sin numerar. Quizás demasiado y fue muy critico con sus primeras obras que pensó que no representaban lo mejor de el.

Naxos, la compañía discográfica infatigable (dedicado a descubrir y grabar música poco conocida) va a editar todas sus sinfonías numeradas y mientras escribo estoy escuchando la primera de estos CDs publicados originalmente hace mas de diez años por su compañía discográfica afiliado llamado Marco Polo. El difunto Antonio de Almeida dirige la orquesta sinfónica de Moscu en las sinfonías Numero 3 (‘delle Campane’) y numero 4 (‘en memoriam’). Las sinfonías están llenas de detalles imaginativos y la influencia de Stravinsky y Debussy esta claro. El movimiento despacio de la cuarta sinfonía es particularmente hermoso aunque he aprendido que los finales en ambos obras pueden molestar a los demás (¡baja el volumen!).

Pero es la sinfonía del mar sin numeración y con un solo movimiento en este disco que me da mas placer al escucharla. Nunca fue editada hasta ahora y es mas como un poema que una sinfonía (aparentemente Malpiero no tenia mucho tiempo para la tradición Austro-Alemán en que sabes de donde vienes y a donde vas).

Bien nombrada, es una obra atractiva que merece la pena escucharla una y otra vez.

B.R.