Grandes compositores: Anton Bruckner
Bruckner el infatigable
Anton Bruckner (1824-1896) buscaba su propia voz tanto como Schubert. Nacido en Viena, estudió para ser profesor. En su tiempo libre estudiaba composición, de hecho siguió estudiando casi toda su vida. Finalmente, llegó a ser un organista virtuoso y después de varios puestos en la iglesia y giros por Europa (tocó en el entonces recien inaugurado Albert Hall en Londres), se mudó a Viena donde trabajó de profesor de harmonía y contrapunto en el conservatorio.
Hubo una gran rivalidad entre los seguidores de Brahms y Wagner (entonces la nueva voz) en Viena durante esta época. Bruckner adoraba la música de Wagner pero Eduard Hanslick, el critico más influyente de Viena, opinaba que las sinfonías de Bruckner eran un recuerdo malo de la extravagancia de Wagner. Asi que la obra de este hombre tan complicado, con pasiones y sueños ocultos, con una fe religiosa casi infantil en una lucha constante por intentar expresarse, se convirtió en un campo de batalla para gente con intereses opuestos. Durante los últimos 5 años de su vida cuando su salud empeoraba, por fin Bruckner empezó a recibir el reconocimiento que merecía. El día de su muerte estaba trabajando en su novena sinfonía – dejo las ultimas paginas sin terminar.
La música de Bruckner no es algo que guste de entrada, es más bien un gusto que se adquiere con el paso del tiempo. A un amigo mío le asombra que yo disfruto tanto de su música. Ciertamente puede resultar laboriosa y parece que siempre buscaba algo que era fuera de su alcance. Esos maravillosos cumbres a los que llega su música después de una enorme cuesta y luego - silencio que a algunos les puede hacer reflexionar si ha merecido la pena subir tan alto. Bruckner era terriblemente vulnerable ante la crítica y por eso siempre estaba revisando sus sinfonías para complacer a otros con mucho menos talento que el. Además siempre estaba intentando impresionar a Wagner demasiado, debido a su entusiasmo por la música de este.
Carecía de encanto social y fue caracterizado injustamente como bruto y burdo. Hanslick era un profesor de música muy sabio y muy respectado pero su hostilidad fue tan intensa que Bruckner se debía sentir ocomo si tuviese una vendetta contra él.
Creo que la estructura de su música es espléndida, los adagios en sus sinfonías son inmensamente emocionante. Su música requiere paciencia y es mejor disfrutarla en una sala de conciertos. ¡Ó en casa con el volumen atope! En los dos casos te sientes como si estuvieras en una gran catedral.
El diccionario de música de Oxford niega que las sinfonías son gigantescas monstruos sino que ahora pertenecen a la tradición Austriaca de la ultima sinfonía de Schubert....admirada por sus combinaciones de contrapuntual esplendidas, hermosas melodías y grandiosidad...y yo digo ‘amen’ a eso.
B.R.
Anton Bruckner (1824-1896) buscaba su propia voz tanto como Schubert. Nacido en Viena, estudió para ser profesor. En su tiempo libre estudiaba composición, de hecho siguió estudiando casi toda su vida. Finalmente, llegó a ser un organista virtuoso y después de varios puestos en la iglesia y giros por Europa (tocó en el entonces recien inaugurado Albert Hall en Londres), se mudó a Viena donde trabajó de profesor de harmonía y contrapunto en el conservatorio.
Hubo una gran rivalidad entre los seguidores de Brahms y Wagner (entonces la nueva voz) en Viena durante esta época. Bruckner adoraba la música de Wagner pero Eduard Hanslick, el critico más influyente de Viena, opinaba que las sinfonías de Bruckner eran un recuerdo malo de la extravagancia de Wagner. Asi que la obra de este hombre tan complicado, con pasiones y sueños ocultos, con una fe religiosa casi infantil en una lucha constante por intentar expresarse, se convirtió en un campo de batalla para gente con intereses opuestos. Durante los últimos 5 años de su vida cuando su salud empeoraba, por fin Bruckner empezó a recibir el reconocimiento que merecía. El día de su muerte estaba trabajando en su novena sinfonía – dejo las ultimas paginas sin terminar.
La música de Bruckner no es algo que guste de entrada, es más bien un gusto que se adquiere con el paso del tiempo. A un amigo mío le asombra que yo disfruto tanto de su música. Ciertamente puede resultar laboriosa y parece que siempre buscaba algo que era fuera de su alcance. Esos maravillosos cumbres a los que llega su música después de una enorme cuesta y luego - silencio que a algunos les puede hacer reflexionar si ha merecido la pena subir tan alto. Bruckner era terriblemente vulnerable ante la crítica y por eso siempre estaba revisando sus sinfonías para complacer a otros con mucho menos talento que el. Además siempre estaba intentando impresionar a Wagner demasiado, debido a su entusiasmo por la música de este.
Carecía de encanto social y fue caracterizado injustamente como bruto y burdo. Hanslick era un profesor de música muy sabio y muy respectado pero su hostilidad fue tan intensa que Bruckner se debía sentir ocomo si tuviese una vendetta contra él.
Creo que la estructura de su música es espléndida, los adagios en sus sinfonías son inmensamente emocionante. Su música requiere paciencia y es mejor disfrutarla en una sala de conciertos. ¡Ó en casa con el volumen atope! En los dos casos te sientes como si estuvieras en una gran catedral.
El diccionario de música de Oxford niega que las sinfonías son gigantescas monstruos sino que ahora pertenecen a la tradición Austriaca de la ultima sinfonía de Schubert....admirada por sus combinaciones de contrapuntual esplendidas, hermosas melodías y grandiosidad...y yo digo ‘amen’ a eso.
B.R.