Victoria de los Angeles, cantante de ópera
Como Montserrat Caballé y José Carreras, Victoria de los Ángeles nació en Barcelona en el seno de una familia humilde y musical, y antes de empezar a asistir a clases formales ya cantaba y tocaba la guitarra. Fue admitida en el Conservatorio de Barcelona, y su progreso fue tan rápido que terminó los seis años de estudio en tan solo tres.
Hizo su debut profesional cuando tenía tan solo 22 años en el teatro de ópera más importante de Barcelona, El Liceo, donde cantó el papel de la Contesa en el Matrimonio de Figaro de Mozart. Dos años después arrancó su carrera internacional al ganar el Concurso Internacional de Voces de Ginebra.
Su forma de cantar con pureza, belleza y acierto, le ganó muchos admiradores y el gran cariño de su público. Cantó en todos los teatros de ópera más importantes del mundo y tuvo una relación estrecha con The Metropolitan en Nueva York. Grabó muchos discos - según EMI, la compañía discográfica con la que tuvo un contrato durante treinta años, grabó más de 80 discos con ellos. Yo tengo una de ellos - la conocida producción de La Boheme de Beecham cuando de los Angeles cantó con Jussi Bjoerling. Esta gran interpretación puso el estándar contra el que se suele comparar todas las demás grabaciones de La Boheme en el momento de valorarlas.
Había una cierta fragilidad en su voz y con el paso de los años le costaba esfuerzo llegar a las notas más altas, así que dejó el escenario de ópera en los años 70 y se centró en la interpretación de recitales en los que podía dar rienda a su enorme repertorio de canciones alemanas, francesas, italianas y españolas. Los "bis" de sus recitales se hicieron famosos, sobre todo cuando volvía al escenario con su guitarra para cantar canciones catalanas. Muchas veces le acompañaba un pianista inglés, Gerald Moore, quien cuando se jubiló ofreció un concierto con Elizabeth Schwarzkopf, Dietrich Fischer Dieskau y Victoria de Los Angeles. Fue grabado en 1962 y todavía está disponible (EMI Classics 7243 5 67000 2 8).
Victoria de los Angeles murió este año siendo una las cantantes más queridas de su generación. Su voz era tan preciosa como su presencia, y existía cierto aire de vulnerabilidad en la mujer y en su voz que a todos sus públicos les hacía quererle más todavía.
¡No creo que nadie logre cantar Mimi como la cantó ella!
B.R.
Hizo su debut profesional cuando tenía tan solo 22 años en el teatro de ópera más importante de Barcelona, El Liceo, donde cantó el papel de la Contesa en el Matrimonio de Figaro de Mozart. Dos años después arrancó su carrera internacional al ganar el Concurso Internacional de Voces de Ginebra.
Su forma de cantar con pureza, belleza y acierto, le ganó muchos admiradores y el gran cariño de su público. Cantó en todos los teatros de ópera más importantes del mundo y tuvo una relación estrecha con The Metropolitan en Nueva York. Grabó muchos discos - según EMI, la compañía discográfica con la que tuvo un contrato durante treinta años, grabó más de 80 discos con ellos. Yo tengo una de ellos - la conocida producción de La Boheme de Beecham cuando de los Angeles cantó con Jussi Bjoerling. Esta gran interpretación puso el estándar contra el que se suele comparar todas las demás grabaciones de La Boheme en el momento de valorarlas.
Había una cierta fragilidad en su voz y con el paso de los años le costaba esfuerzo llegar a las notas más altas, así que dejó el escenario de ópera en los años 70 y se centró en la interpretación de recitales en los que podía dar rienda a su enorme repertorio de canciones alemanas, francesas, italianas y españolas. Los "bis" de sus recitales se hicieron famosos, sobre todo cuando volvía al escenario con su guitarra para cantar canciones catalanas. Muchas veces le acompañaba un pianista inglés, Gerald Moore, quien cuando se jubiló ofreció un concierto con Elizabeth Schwarzkopf, Dietrich Fischer Dieskau y Victoria de Los Angeles. Fue grabado en 1962 y todavía está disponible (EMI Classics 7243 5 67000 2 8).
Victoria de los Angeles murió este año siendo una las cantantes más queridas de su generación. Su voz era tan preciosa como su presencia, y existía cierto aire de vulnerabilidad en la mujer y en su voz que a todos sus públicos les hacía quererle más todavía.
¡No creo que nadie logre cantar Mimi como la cantó ella!
B.R.
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