La primera música-arte en Epaña
Primero, una pequeña queja. New Grove Dictionary of Music hace una clara distinción entre "música-arte" y "música folclórica". A mí no me gusta mucho eso, porque parece sugerir que existe un tipo de música para el pueblo y otro, la llamada música clásica, que es elitista y para la mente más que para el corazón. Para muchos compositores, no existe semejante separación. Beethoven escribió versiones de canciones irlandesas, galesas y escocesas, y tanto Zoltan Kodaly (cuya casa he visitado en Budapest), como su compatriota Bartok, escribieron piezas de música no solo inspiradas en un modismo húngaro, sino muchas veces basadas en el (por ejemplo Variaciones del Pavo Real de Kodaly) . Al final simplemente existe la música, da igual la fuente de dónde proceda. Fin de queja.
En cuanto a la Península Ibérica, nuestros primeros conocimientos de una tradición musical datan de las necesidades de la Iglesia, como tantas veces es el caso. La primera fuente conocida es Isidoro (c559-636), Arzobispo de Sevilla. En 633, el Cuarto Consejo de Toledo ordenó una única orden de oraciones y canto en todo el Reino Visigodo, y el Canto Mozarabico todavía se utilizaba en Toledo a finales del Siglo XI, cuando el Consejo de Burgos impuso el rito romano sobre toda la Iglesia Española.
La invasión de los musulmantes en el año 711 aportó toda una nueva variedad de instrumentos musicales a las ciudades españolas, muchas de los que se empezaron a tocar en las misas y celbraciones cristianas. Sevilla se convirtió en el centro de fabricación de instrumentos árabes. Una miniatura en El Escorial recoge la imágen de un músico moro que sigue la procesión del Rey. Hay cierta ironía en el hecho de que la contribución a la música por parte de los Moros fuese tan important, a pesar de que se prohibía tajantamente tocar música en sus propias mezquitas.
El Consejo de Valledolid Council acabó con esta convivencia musical en 1322, y prognosticó el creciente conflicto entre las dos religiones y culturas, a pesar de que durante muchos años tres culturas, los Judíos, los Musulmanes y los Cristianos habían convivido en zonas de España de forma mucy creativa.
En cuanto a la Península Ibérica, nuestros primeros conocimientos de una tradición musical datan de las necesidades de la Iglesia, como tantas veces es el caso. La primera fuente conocida es Isidoro (c559-636), Arzobispo de Sevilla. En 633, el Cuarto Consejo de Toledo ordenó una única orden de oraciones y canto en todo el Reino Visigodo, y el Canto Mozarabico todavía se utilizaba en Toledo a finales del Siglo XI, cuando el Consejo de Burgos impuso el rito romano sobre toda la Iglesia Española.
La invasión de los musulmantes en el año 711 aportó toda una nueva variedad de instrumentos musicales a las ciudades españolas, muchas de los que se empezaron a tocar en las misas y celbraciones cristianas. Sevilla se convirtió en el centro de fabricación de instrumentos árabes. Una miniatura en El Escorial recoge la imágen de un músico moro que sigue la procesión del Rey. Hay cierta ironía en el hecho de que la contribución a la música por parte de los Moros fuese tan important, a pesar de que se prohibía tajantamente tocar música en sus propias mezquitas.
El Consejo de Valledolid Council acabó con esta convivencia musical en 1322, y prognosticó el creciente conflicto entre las dos religiones y culturas, a pesar de que durante muchos años tres culturas, los Judíos, los Musulmanes y los Cristianos habían convivido en zonas de España de forma mucy creativa.
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