Una Nueva Perspectiva
El pianista Alfred Brendel, quien también es poeta y músico y es conocido por su gran sentido de humor ha sido uno de mis héroes desde hace mucho tiempo. Le he escuchado tocar en directo varias veces y tengo uno de sus grabaciones de los conciertos de Mozart, junto con un álbum de las sonatas de Schubert. Fue la primera persona que grabo todos las obras para el piano de Beethoven y actualmente esta de gira por todo el mundo por ultima vez. Tiene 77 años como yo y tocara su ultimo concierto en Viena el próximo Diciembre.
He leído sus respuestas a algunas preguntas en la revista semanal del periódico el Guardian hace unas semanas. Cuando le preguntaron cual era su temor mas grande dijo que era ‘el colapso del planeta’. Su placer mas secreto era ‘prohibir entrar a fumadores en su casa y las tres cosas que debía a sus padres era ‘su cuidado afectivo, sus dentadura excelentes y la necesidad de explorar’. A la pregunta ‘¿como te relajas?’ contesto ‘observar, leer pero no escuchar porque es demasiado intenso’. Su secreto era que ‘el piano canta’ lo que es exactamente como uno se siente cuando escucha su música. Lo que odiaba era el ‘fanatismo, la falta de fiabilidad y las pretensiones’. La característica de si mismo que mas se lamenta es ‘el comportamiento de su cerebro envejecido’.
Esta frase se ha quedado en mi mente. Es exactamente como te sientes cuando envejeces, por lo menos es así para mi. La frustración de los pensamientos inconstantes, la dificultad de encontrar una palabra que no te sale, los despistes (hoy tenia que volver dos veces al mismo edificio para recoger cosas que se me había olvidado y cada vez me tropecé en la misma inesperada escalera en la salida), deletrear mal muchas palabras mientras escribo esto en el ordenador – todas estas cosas son el resultado de un cerebro envejecido. Intentare enfadarme menos con ‘el comportamiento’ de mi cerebro envejecido pero también me reiré de mi mismo como lo hace Brendal.
Gracias, Alfred Brendel por ser el músico mas perfecto y humano; y para esta nueva perspicacia, que quizás se convertirá las agonías ocasionales de envejecer en una series de comportamientos divertidos.
B.R.
El pianista Alfred Brendel, quien también es poeta y músico y es conocido por su gran sentido de humor ha sido uno de mis héroes desde hace mucho tiempo. Le he escuchado tocar en directo varias veces y tengo uno de sus grabaciones de los conciertos de Mozart, junto con un álbum de las sonatas de Schubert. Fue la primera persona que grabo todos las obras para el piano de Beethoven y actualmente esta de gira por todo el mundo por ultima vez. Tiene 77 años como yo y tocara su ultimo concierto en Viena el próximo Diciembre.
He leído sus respuestas a algunas preguntas en la revista semanal del periódico el Guardian hace unas semanas. Cuando le preguntaron cual era su temor mas grande dijo que era ‘el colapso del planeta’. Su placer mas secreto era ‘prohibir entrar a fumadores en su casa y las tres cosas que debía a sus padres era ‘su cuidado afectivo, sus dentadura excelentes y la necesidad de explorar’. A la pregunta ‘¿como te relajas?’ contesto ‘observar, leer pero no escuchar porque es demasiado intenso’. Su secreto era que ‘el piano canta’ lo que es exactamente como uno se siente cuando escucha su música. Lo que odiaba era el ‘fanatismo, la falta de fiabilidad y las pretensiones’. La característica de si mismo que mas se lamenta es ‘el comportamiento de su cerebro envejecido’.
Esta frase se ha quedado en mi mente. Es exactamente como te sientes cuando envejeces, por lo menos es así para mi. La frustración de los pensamientos inconstantes, la dificultad de encontrar una palabra que no te sale, los despistes (hoy tenia que volver dos veces al mismo edificio para recoger cosas que se me había olvidado y cada vez me tropecé en la misma inesperada escalera en la salida), deletrear mal muchas palabras mientras escribo esto en el ordenador – todas estas cosas son el resultado de un cerebro envejecido. Intentare enfadarme menos con ‘el comportamiento’ de mi cerebro envejecido pero también me reiré de mi mismo como lo hace Brendal.
Gracias, Alfred Brendel por ser el músico mas perfecto y humano; y para esta nueva perspicacia, que quizás se convertirá las agonías ocasionales de envejecer en una series de comportamientos divertidos.
B.R.