domingo, noviembre 11, 2007

Reflexión mas que Anécdotas

‘Ya nos lo has contado antes’ dijeron un grupo de amigos a uno de sus miembros mas mayores para quien la conversación ahora consiste casi todo en contar memorias y anécdotas. Si oye una palabra familiar o alguna referencia que desencadena una memoria empieza a contarlo y una vez mas anda por el camino de las anécdotas. (El hecho de que esta un poco sordo no ayuda mucho y la palabra que pensaba haber escuchado a veces no es lo que se ha dicho)

Lo mismo me pasa a mi a veces y es una trampa en la que todos los mayores puedan caer fácilmente. No es solo que el pasado es importante para nosotros y mas vivo y valeroso que los sucesos mundanos de hoy. Tampoco es porque el torrente de la memoria no se puede parar mientras pensamos en los años que hemos vivido, la gente que hemos conocido y los sitios que hemos visitado. Sobre todo, anécdotas sirven para tranquilizarnos y nos ayudan en tratar con el presente en el cual muchas veces nos sentimos fuera de lugar. La eternidad del pasado puede complementar el sentimiento de que ahora no tenemos importancia.

Estoy intentando mejorar en este asunto (aunque otros quizás creen que lo hago sin éxito). En vez de contarlo todo primero me pregunto si es interesante para la gente. No es una pregunta fácil y luego surge el problema que cuando ya has decidido que lo que ibas a contar es realmente interesante para todos los presentes la conversación ha cambiado de tema y has perdido la oportunidad de participar en ella. La próxima vez quizás tu decisión será mas rápida. Pase lo que pase corres el riesgo de que quieres captar la atención de los demás contando historias sobre tu pasado asombroso comparado con el presente mundano. ¡En mi experiencia no funciona!

¿Que otra cosa hay que hacer con tanta memoria que abrir la puerta y hacer publico tus experiencias privadas? Pues hazlo solo de vez en cuando y solo cuando parece apropiado. La otra cosa quizás es guardar la memoria si es buena o olvidarla si es mala. En algunas sociedades los mayores están considerados como fuentes de sabiduría pero en nuestra cultura no es el caso. Podemos reflexionar sobre el pasado y quizás ganar un poco de sabiduría para nosotros mismos. Y si tenemos amigos dispuestos a escucharnos y interesados en nuestros historias y experiencias sobre el pasado, pues es una ventaja.

B.R.

lunes, noviembre 05, 2007

La Lentitud

La novela de Sten Nadolny llamado ‘El Descubrimiento de la Lentitud’ publicado 1983 esta basada en la vida del explorador Ártico John Franklin. Es un himno a favor de la lentitud. Tengo una copia de este libro y voy por la mitad. El libro ha sido la inspiración para varios programas de televisión, películas experimentales y incluso una opera. Jurgen Moltmann refiere a esta novela de su compatriota en su libro ‘Dios para una Sociedad Secular’ que también estoy leyendo. Moltman dice que ‘en cuanto vivimos el momento completo también experimentamos la eternidad’. También se pregunta si vivir con intensidad un solo momento significa mas que vivir muchos con rapidez’. Dice que quizás sea nuestro temor a la muerte que nos hace codiciosos para la vida. Dice además que el individualismo de la vida moderna significa que intentamos vivir lo máximo posible porque cuando se acaba no hay otra cosa mientras en las sociedades mas tradicionales hay una perspectiva mas amplia sobre la vida que todavía sigue.

‘Lentitud’ – en Alemán es 'langsamkeit' – esta asociada con la discapacidad mental pero en la novel de Nadolny la idea es un elemento poderoso. Una persona lenta puede esperar y triunfa en situaciones inimaginables para la gente que siempre hace todo con mucha prisa. Después de haber pasado la mayor parte de mi vida haciendo todo con prisa (aunque ahora no trabajo y no tengo tanta energía como antes) estoy intentando aprender esta difícil lección. Veo que el obispo de Reading, Stephen Cottrell, ha escrito un libro llamado ‘No Hacer Nada para Cambiar tu Vida’ en lo cual dice que deberíamos desacelerarnos y encontrar el tiempo para sentarnos y pensar (además dice que deberíamos y hacer pan y moler los granos para tomar café).

¿Las ventajas de la lentitud? Desde un punto de vista físico quizás tendríamos menos posibilidades para caernos o dejar caer las cosas o perder la energía sin necesidad. También podrías tener mas distancia emocional de la búsqueda loca para el placer, todo un símbolo de la cultura moderna. Tendrías mas tiempo para cuidar a tu familia y para los amigos y apreciar tus logros modestos del pasado y explorar posibilidades para el futuro. Para una persona con fe, la lentitud da espacio para la contemplación y para ser el dueño de una vida interior libre de las convenciones de una religión que puede ser a veces mas para las apariencias que la sustancia.

Pero sobre todo la lentitud podría significar la aceptación de envejecer y en vez de ver lo como un problema podría ser algo positivo.
B.R.