Crisis de liquidez
Algunas empresas confiesan perderse en la crisis actual entre términos como subprime, liquidez, titulación, fondos de titulación, etc. Hemos encargado a nuestro asesor de Contabilidad y Finanzas una explicación sencilla y didáctica que nos ayude a comprender la crisis actual.
CRISIS DE LIQUIDEZ EN LOS MERCADOS FINANCIEROS
Desde el pasado mes de agosto de 2007, a diario podemos leer en los periódicos noticias en las que se repiten las siguientes palabras clave: liquidez, subprime, crisis y mercados, entre otras. A continuación voy a analizar la situación actual y potencial del sistema financiero a través de la relación de las cuatro palabras anteriores.
Todo activo financiero tiene 3 características principales que lo definen: rentabilidad, riesgo y liquidez. Al adquirir un activo financiero, la rentabilidad es la remuneración y/o beneficios que se espera obtener por la asunción de un riesgo y la renuncia a la liquidez inmediata.
Desde hace años, y en todos los sistemas financieros del mundo, se ha producido un determinado proceso financiero denominado titulización y que se ha materializado en el crecimiento exponencial de fondos de inversión (instituciones de inversión colectiva(1)). Este proceso se puede definir de la siguiente manera: con el objetivo de movilizar la cartera de créditos y préstamos de las entidades de crédito (generalmente a largo plazo), se permite a éstas la venta o cesión de estos activos financieros a patrimonios, independientes y carentes de personalidad jurídica, denominados fondos de titulización, que se financian mediante la emisión de valores negociables, que se denominan participaciones en fondos de inversión (2). De esta forma, una entidad bancaria concede créditos y préstamos a sus clientes como operación tradicional y habitual en su actividad para, posteriormente, ceder o vender dichos activos a unos patrimonios que, generalmente, gestionan unas sociedades del mismo grupo bancario.
En todas las definiciones que podemos encontrar de este proceso financiero denominado titulización, se alude a que se produce una efectiva transferencia de riesgos y beneficios(3), pero en ninguna de ellas se alude a la transferencia de la iliquidez inherente de estos activos. Los valores negociables emitidos son fácilmente transmisibles y existe un mercado secundario para hacer líquidos estos valores en cualquier momento a petición del inversor. Pero, ¿es ilimitada la profundidad y amplitud de estos mercados secundarios? Con profundidad me refiero al número de órdenes de compra / venta para cada tipo de activo, mientras que por amplitud al volumen de activos intercambiados. Estas dos características de los mercados secundarios son determinantes en la liquidez real de los mismos.
Crisis de liquidez actual
Los mercados primarios de fondos de titulización han experimentado un importante crecimiento en los últimos años(4), pero este dinamismo no ha tenido la misma intensidad en el mercado secundario, donde los inversores suelen mantener sus posiciones a largo plazo. Los problemas de liquidez han surgido cuando un mayor número de inversores han decidido desprenderse de sus participaciones en fondos de inversión y el mercado secundario no ha sido capaz de responder a estas peticiones. En otras palabras, hay vendedores pero no compradores, por lo que el activo no tiene liquidez.
La crisis actual se ha desencadenado por uno de los principales factores negativos de estos procesos financieros. Las entidades bancarias, tras vender o ceder sus activos a fondos de inversión, han relajado su atención sobre los mismos. Con su nivel de pérdidas (riesgo) limitado y su rentabilidad garantizada, han centrado su atención en el crecimiento de la actividad a través de la concesión de nuevos créditos o préstamos, y reducido el seguimiento y control de los riesgos adquiridos anteriormente, funciones que en cualquier caso deben desarrollar las entidades bancarias como especialistas financieros.
Hipotecas subprime, créditos hipotecarios de alto riesgo
Este comportamiento ha alcanzado su máximo en EEUU con la concesión de hipotecas subprime, créditos hipotecarios de alto riesgo concedidos a clientes sin una solvencia ni un nivel de ingresos adecuados y, posteriormente, titulizados, es decir, vendidos a fondos de inversión que se distribuyen entre el público minorista. Estos fondos ofrecen una rentabilidad mayor que otros con menos riesgos, pero, en ningún caso, un inversor conoce el riesgo real de estos valores ni su rentabilidad es acorde a dicho riesgo.
Esta crisis se ha producido en EEUU porque se trata de la economía que, en muchos aspectos, abre camino en procesos financieros, pero no me cabe ninguna duda de que este comportamiento hubiera sido (si no lo ha sido ya) imitado por otras entidades bancarias europeas.
Las entidades bancarias son especialistas financieros que cumplen dos funciones básicas para una economía: la intermediación financiera y la gestión de riesgos. La primera consiste en captar fondos del público (por ejemplo, a través de depósitos bancarios) y en conceder créditos que favorezcan el desarrollo de la economía. La segunda función, la gestión de riesgos, es clave para evitar episodios de crisis o tensiones financieras en la economía y las entidades tienen la obligación de realizarla de forma responsable.
Referencias en en texto:
Ramón Pedreño Navarro
Departamento de Contabilidad y Finanzas
Euroresidentes / IT&IS
CRISIS DE LIQUIDEZ EN LOS MERCADOS FINANCIEROS
Desde el pasado mes de agosto de 2007, a diario podemos leer en los periódicos noticias en las que se repiten las siguientes palabras clave: liquidez, subprime, crisis y mercados, entre otras. A continuación voy a analizar la situación actual y potencial del sistema financiero a través de la relación de las cuatro palabras anteriores.
Todo activo financiero tiene 3 características principales que lo definen: rentabilidad, riesgo y liquidez. Al adquirir un activo financiero, la rentabilidad es la remuneración y/o beneficios que se espera obtener por la asunción de un riesgo y la renuncia a la liquidez inmediata.
Desde hace años, y en todos los sistemas financieros del mundo, se ha producido un determinado proceso financiero denominado titulización y que se ha materializado en el crecimiento exponencial de fondos de inversión (instituciones de inversión colectiva(1)). Este proceso se puede definir de la siguiente manera: con el objetivo de movilizar la cartera de créditos y préstamos de las entidades de crédito (generalmente a largo plazo), se permite a éstas la venta o cesión de estos activos financieros a patrimonios, independientes y carentes de personalidad jurídica, denominados fondos de titulización, que se financian mediante la emisión de valores negociables, que se denominan participaciones en fondos de inversión (2). De esta forma, una entidad bancaria concede créditos y préstamos a sus clientes como operación tradicional y habitual en su actividad para, posteriormente, ceder o vender dichos activos a unos patrimonios que, generalmente, gestionan unas sociedades del mismo grupo bancario.
En todas las definiciones que podemos encontrar de este proceso financiero denominado titulización, se alude a que se produce una efectiva transferencia de riesgos y beneficios(3), pero en ninguna de ellas se alude a la transferencia de la iliquidez inherente de estos activos. Los valores negociables emitidos son fácilmente transmisibles y existe un mercado secundario para hacer líquidos estos valores en cualquier momento a petición del inversor. Pero, ¿es ilimitada la profundidad y amplitud de estos mercados secundarios? Con profundidad me refiero al número de órdenes de compra / venta para cada tipo de activo, mientras que por amplitud al volumen de activos intercambiados. Estas dos características de los mercados secundarios son determinantes en la liquidez real de los mismos.
Crisis de liquidez actual
Los mercados primarios de fondos de titulización han experimentado un importante crecimiento en los últimos años(4), pero este dinamismo no ha tenido la misma intensidad en el mercado secundario, donde los inversores suelen mantener sus posiciones a largo plazo. Los problemas de liquidez han surgido cuando un mayor número de inversores han decidido desprenderse de sus participaciones en fondos de inversión y el mercado secundario no ha sido capaz de responder a estas peticiones. En otras palabras, hay vendedores pero no compradores, por lo que el activo no tiene liquidez.
La crisis actual se ha desencadenado por uno de los principales factores negativos de estos procesos financieros. Las entidades bancarias, tras vender o ceder sus activos a fondos de inversión, han relajado su atención sobre los mismos. Con su nivel de pérdidas (riesgo) limitado y su rentabilidad garantizada, han centrado su atención en el crecimiento de la actividad a través de la concesión de nuevos créditos o préstamos, y reducido el seguimiento y control de los riesgos adquiridos anteriormente, funciones que en cualquier caso deben desarrollar las entidades bancarias como especialistas financieros.
Hipotecas subprime, créditos hipotecarios de alto riesgo
Este comportamiento ha alcanzado su máximo en EEUU con la concesión de hipotecas subprime, créditos hipotecarios de alto riesgo concedidos a clientes sin una solvencia ni un nivel de ingresos adecuados y, posteriormente, titulizados, es decir, vendidos a fondos de inversión que se distribuyen entre el público minorista. Estos fondos ofrecen una rentabilidad mayor que otros con menos riesgos, pero, en ningún caso, un inversor conoce el riesgo real de estos valores ni su rentabilidad es acorde a dicho riesgo.
Esta crisis se ha producido en EEUU porque se trata de la economía que, en muchos aspectos, abre camino en procesos financieros, pero no me cabe ninguna duda de que este comportamiento hubiera sido (si no lo ha sido ya) imitado por otras entidades bancarias europeas.
Las entidades bancarias son especialistas financieros que cumplen dos funciones básicas para una economía: la intermediación financiera y la gestión de riesgos. La primera consiste en captar fondos del público (por ejemplo, a través de depósitos bancarios) y en conceder créditos que favorezcan el desarrollo de la economía. La segunda función, la gestión de riesgos, es clave para evitar episodios de crisis o tensiones financieras en la economía y las entidades tienen la obligación de realizarla de forma responsable.
Referencias en en texto:
- Ley 35/2003, de Instituciones de Inversión Colectiva.
- Ley 19/1992, sobre Fondos de Titulización Hipotecaria; Real Decreto 926/1998, que regula los Fondos de Titulización de Activos.
- Norma 23, Circular del Banco de España 4/2004.
- En España, la tasa de crecimiento en 2006 fue de un 36%. Memoria de Supervisión Bancaria de 2006, Banco de España (página 30).
Ramón Pedreño Navarro
Departamento de Contabilidad y Finanzas
Euroresidentes / IT&IS
Etiquetas: coyuntura