PROTAGONISTAS DE LA EMPRESA FAMILIAR : INTRODUCCION
En esta serie de reflexiones, que hoy inicio, sobre los personajes que intervienen, con mayor o menor fortuna o con más o menos éxito, en la historia de cualquier empresa familiar pretendo desde un punto de vista estrictamente personal, resaltar cada uno de los papeles que desempeñan , como en la Comedia del Arte, los personajes que intervienen en este tipo singular de empresas.
Después de pasar toda una vida profesional dedicado tanto a una empresa en embrión heredada junto a mis hermanos, como a otra, expresamente creada por mí, me creo dotado del suficiente criterio como para poder resaltar los perfiles de cada protagonista.
Otra cosa será , y probablemente suceda, que alguien no esté de acuerdo con mis puntos de vista. Bienvenida sea cualquier opinión discrepante tanto si sirve para aclarar matices, como si se muestra abiertamente contraria. Afortunadamente las empresas pueden ser tan distintas como son las personas que la integran, pero no me cabe ninguna duda de que las actitudes se repiten, los comportamientos suelen ser semejantes y los conflictos tan parecidos, que el final de la película se repite el irremediable “the end”.
Las empresas familiares tienen un recorrido corto, si se las compara con cualquier otro tipo de sociedades mercantiles. Me llaman la atención las estadísticas que marcan con generaciones la supervivencia de las mismas, porque ¿qué ocurre con ese milagroso 12/15% que soporta una tercera generación?... Sin duda que, ó se transforman en sociedades sin el añadido de “familiar” , gestionadas exclusivamente con criterios profesionales, o serán aspirantes, antes o después, a la lista de los “desaparecidos en combate". Llamo la atencion sobre la frecuencia con que se confunde la marca que hace honor a una familia, con la supervivencia de la empresa que algún día fue estrictamente familiar y hoy ha dejado de serlo sin dejar de aprovechar los signos familiares de identidad.
El camino, más largo o mas corto, que marca el recorrido de estas empresas acredita su supervivencia por sus éxitos, sus aciertos y el cumplimiento de los objetivos que han hecho posible su rentabilidad. De no haber sido así la empresa no existiría.
Y si admitimos esta obviedad tendremos que concluir que son las personas que intervienen en el devenir de la empresa las que la abocan a su desaparición o a su transformación en el momento oportuno. La decisión trascendental de la sustitución del líder suele ser la ocasión de que emerjan con toda su crudeza las verdaderas caras de cada uno de los actores, sean principales o secundarios, monstrando abiertamente los verdaderos intereses y miserias que, como en la tragedia griega lleva consigo fatalmente la naturaleza humana.
Analizaré las identidades de los actores y dejaré que cada lector saque las consecuencias que le expliquen por qué el guión acaba con un final feliz o decepcionante.
Aquí no hay director de la película. Todos seremos espectadores. Dependerá del comportamiento de los protagonistas, tanto principales como secundarios, que el guión, marcado por la empresa, acabe por el camino abierto a la continuidad ó el que certifique el fin del trayecto.
Después de pasar toda una vida profesional dedicado tanto a una empresa en embrión heredada junto a mis hermanos, como a otra, expresamente creada por mí, me creo dotado del suficiente criterio como para poder resaltar los perfiles de cada protagonista.
Otra cosa será , y probablemente suceda, que alguien no esté de acuerdo con mis puntos de vista. Bienvenida sea cualquier opinión discrepante tanto si sirve para aclarar matices, como si se muestra abiertamente contraria. Afortunadamente las empresas pueden ser tan distintas como son las personas que la integran, pero no me cabe ninguna duda de que las actitudes se repiten, los comportamientos suelen ser semejantes y los conflictos tan parecidos, que el final de la película se repite el irremediable “the end”.
Las empresas familiares tienen un recorrido corto, si se las compara con cualquier otro tipo de sociedades mercantiles. Me llaman la atención las estadísticas que marcan con generaciones la supervivencia de las mismas, porque ¿qué ocurre con ese milagroso 12/15% que soporta una tercera generación?... Sin duda que, ó se transforman en sociedades sin el añadido de “familiar” , gestionadas exclusivamente con criterios profesionales, o serán aspirantes, antes o después, a la lista de los “desaparecidos en combate". Llamo la atencion sobre la frecuencia con que se confunde la marca que hace honor a una familia, con la supervivencia de la empresa que algún día fue estrictamente familiar y hoy ha dejado de serlo sin dejar de aprovechar los signos familiares de identidad.
El camino, más largo o mas corto, que marca el recorrido de estas empresas acredita su supervivencia por sus éxitos, sus aciertos y el cumplimiento de los objetivos que han hecho posible su rentabilidad. De no haber sido así la empresa no existiría.
Y si admitimos esta obviedad tendremos que concluir que son las personas que intervienen en el devenir de la empresa las que la abocan a su desaparición o a su transformación en el momento oportuno. La decisión trascendental de la sustitución del líder suele ser la ocasión de que emerjan con toda su crudeza las verdaderas caras de cada uno de los actores, sean principales o secundarios, monstrando abiertamente los verdaderos intereses y miserias que, como en la tragedia griega lleva consigo fatalmente la naturaleza humana.
Analizaré las identidades de los actores y dejaré que cada lector saque las consecuencias que le expliquen por qué el guión acaba con un final feliz o decepcionante.
Aquí no hay director de la película. Todos seremos espectadores. Dependerá del comportamiento de los protagonistas, tanto principales como secundarios, que el guión, marcado por la empresa, acabe por el camino abierto a la continuidad ó el que certifique el fin del trayecto.