Viajar y decorar
El placer de viajar, conocer lugares nuevos, aprender historia, arte, cocina o artesanía, si, artesanía también permite introducir motivos de decoración en nuestras casas, que ayudan a recordar no sólo los momentos vividos, sino la originalidad de los objetos adquiridos y la posibilidad de integrarlos en nuestros espacios adaptándolos a ellos.
Éste verano, aprovechando un viaje a Navarra (España), hemos conocido a un artesano que no sólo nos ha deleitado con su charla, sino que con sus conocimientos hemos aprendido un poco más del noble arte del tallado en madera.
Antiguamente, en la zona dónde vive Ángel Beunza, al noroeste de Navarra, en un pueblecito mimado por verdes prados, pese a la sequía, donde el rutilar de las estrellas es más nítido y todavía los gallos te despiertan con su canto, sentados a su puerta hemos podido comprobar cómo terminaba un antiguo útil dónde antaño los pastores recogían la leche y que, por aquellos lugares y en su lengua ancestral, el euskera, llaman “kaiku”. Éste recipiente es tallado en madera de abedul porque es mucho más dúctil y fácil de trabajar, pese a no ser oriunda de la zona.
Una vez seleccionada la madera, se procede a la talla del recipiente, vaciándolo y esculpiendo el motivo ornamental y protegiéndolo o envejeciéndolo con los productos adecuados, en general con betún de Judea.
Entre los diferentes recipientes de madera que se usaban en éste entorno rural podemos encontrar además, el “aspile” donde se amasaba el pan o las tortas de maíz y que se trabaja en madera de castaño, cerezo o nogal, (lo hemos utilizado para dejar los collares, o los bolígrafos) o los saleros que utilizaban los pastores y que hoy podemos añadir en nuestra cocina dando un toque no sólo original sino además único. En la fotografía puedes apreciarlo.
La “abatas” para elaborar queso o cuajada, el “segapoto” dónde se guardaba la piedra de afilar la guadaña(se nos ha ocurrido utilizarlo para dejar los lápices de colores), la “oporra” taza en la que se tomaba el maíz con leche (hemos colocado una hojas y flores secas y añadido unas gotas de aceite de canela a modo de ambientador)
El “kaiku” lo hemos empleado para poner los útiles de cocina
Ángel Beunza no sólo se atreve con los útiles de sus ancestros sino que sus inquietudes y su imaginación le llevan a probar nuevos modelos, eso si respetando a la madera, en una simbiosis entre el noble material y el artesano: jarras, almireces etc. salen de sus manos, satisfaciendo a su propio creador con el trabajo bien hecho y recordando, con nostalgia, a su maestro presintiendo que tal vez con él acabará tan noble arte. ¿No habrá nadie que se anime a seguirle para conservar la tradición?
Consejillo: Si te han gustado nuestras ideas o tienes mejores y quieres dar a tu casa un aire con cierta solera, contacta con ÁNGEL BEUNZA (su mujer también es un encanto) en España al teléfono: 948.30.54.50
Siguiendo por Navarra, en el valle del Roncal, al noreste de ésta provincia de España, además de buen queso, en un pueblecito encantador, al pie del Pirineo, llamado Isaba, encontramos en la calle principal una tiendita "Recuerdos artesanos Mariano”, dónde sus dueñas, dos encantadoras hermanas, nos explicaron cómo se hacían los cencerros que, entre otros objetos de interés, exponían orgullosamente en su establecimiento.
Éstas campanillas, que se atan al pescuezo de las reses, están hechas de diferentes metales con predominio del hierro y, que una vez dada la forma y puestos a enfriar, entre arena, se le puede añadir más metal en aquellos sitios dónde el artesano considera oportuno para alcanzar el sonido que el artesano piensa debe emitir, de ahí que no se muestre uniforme, pudiendo descubrirse dónde se ha realizado el añadido por la diferente tonalidad que presenta. Pues bien, también ésta autóctona artesanía nos ha dado una pequeña y sonora idea: ¿Te atreverías a utilizarlo como llamador uniéndolo a una tosca cuerda de la que al estirar suene?, seguro que no se te hubiera ocurrido que al salir de viaje pudieras conjugar tan fácilmente los recuerdos con la decoración de tu casa.
Otro consejillo: nos dieron una receta que no podemos dejar de compartir contigo, allá va.
Pastel de cuajada
½ l de leche entera
½ l de nata para cocinar
Azúcar para caramelizar o caramelo líquido
2 sobres de cuajada
Galletas, lenguas de gato o similar
Mermelada de arándanos
Mezclad la leche y la nata y calentar ligeramente. Añadirle los 2 sobres de cuajada y remover con una batidora hasta que no queden grumos. A continuación poner al fuego y sin dejar de remover, hervir y retirar inmediatamente.
En el recipiente en que vayas a servirlo poner el caramelo, las galletas que hayas elegido y la mezcla anterior. Dejar reposar hasta que se enfríe totalmente y cuando vayas a servirlo poner la mermelada de arándanos al gusto del comensal. ¡Buen provecho!
Si quieres más recetas typically Spanish, consulta nuestra sección de recetas.
Éste verano, aprovechando un viaje a Navarra (España), hemos conocido a un artesano que no sólo nos ha deleitado con su charla, sino que con sus conocimientos hemos aprendido un poco más del noble arte del tallado en madera.
Antiguamente, en la zona dónde vive Ángel Beunza, al noroeste de Navarra, en un pueblecito mimado por verdes prados, pese a la sequía, donde el rutilar de las estrellas es más nítido y todavía los gallos te despiertan con su canto, sentados a su puerta hemos podido comprobar cómo terminaba un antiguo útil dónde antaño los pastores recogían la leche y que, por aquellos lugares y en su lengua ancestral, el euskera, llaman “kaiku”. Éste recipiente es tallado en madera de abedul porque es mucho más dúctil y fácil de trabajar, pese a no ser oriunda de la zona.
Una vez seleccionada la madera, se procede a la talla del recipiente, vaciándolo y esculpiendo el motivo ornamental y protegiéndolo o envejeciéndolo con los productos adecuados, en general con betún de Judea.
Entre los diferentes recipientes de madera que se usaban en éste entorno rural podemos encontrar además, el “aspile” donde se amasaba el pan o las tortas de maíz y que se trabaja en madera de castaño, cerezo o nogal, (lo hemos utilizado para dejar los collares, o los bolígrafos) o los saleros que utilizaban los pastores y que hoy podemos añadir en nuestra cocina dando un toque no sólo original sino además único. En la fotografía puedes apreciarlo.
La “abatas” para elaborar queso o cuajada, el “segapoto” dónde se guardaba la piedra de afilar la guadaña(se nos ha ocurrido utilizarlo para dejar los lápices de colores), la “oporra” taza en la que se tomaba el maíz con leche (hemos colocado una hojas y flores secas y añadido unas gotas de aceite de canela a modo de ambientador)
El “kaiku” lo hemos empleado para poner los útiles de cocina
Ángel Beunza no sólo se atreve con los útiles de sus ancestros sino que sus inquietudes y su imaginación le llevan a probar nuevos modelos, eso si respetando a la madera, en una simbiosis entre el noble material y el artesano: jarras, almireces etc. salen de sus manos, satisfaciendo a su propio creador con el trabajo bien hecho y recordando, con nostalgia, a su maestro presintiendo que tal vez con él acabará tan noble arte. ¿No habrá nadie que se anime a seguirle para conservar la tradición?
Consejillo: Si te han gustado nuestras ideas o tienes mejores y quieres dar a tu casa un aire con cierta solera, contacta con ÁNGEL BEUNZA (su mujer también es un encanto) en España al teléfono: 948.30.54.50
Siguiendo por Navarra, en el valle del Roncal, al noreste de ésta provincia de España, además de buen queso, en un pueblecito encantador, al pie del Pirineo, llamado Isaba, encontramos en la calle principal una tiendita "Recuerdos artesanos Mariano”, dónde sus dueñas, dos encantadoras hermanas, nos explicaron cómo se hacían los cencerros que, entre otros objetos de interés, exponían orgullosamente en su establecimiento.
Éstas campanillas, que se atan al pescuezo de las reses, están hechas de diferentes metales con predominio del hierro y, que una vez dada la forma y puestos a enfriar, entre arena, se le puede añadir más metal en aquellos sitios dónde el artesano considera oportuno para alcanzar el sonido que el artesano piensa debe emitir, de ahí que no se muestre uniforme, pudiendo descubrirse dónde se ha realizado el añadido por la diferente tonalidad que presenta. Pues bien, también ésta autóctona artesanía nos ha dado una pequeña y sonora idea: ¿Te atreverías a utilizarlo como llamador uniéndolo a una tosca cuerda de la que al estirar suene?, seguro que no se te hubiera ocurrido que al salir de viaje pudieras conjugar tan fácilmente los recuerdos con la decoración de tu casa.
Otro consejillo: nos dieron una receta que no podemos dejar de compartir contigo, allá va.
Pastel de cuajada
½ l de leche entera
½ l de nata para cocinar
Azúcar para caramelizar o caramelo líquido
2 sobres de cuajada
Galletas, lenguas de gato o similar
Mermelada de arándanos
Mezclad la leche y la nata y calentar ligeramente. Añadirle los 2 sobres de cuajada y remover con una batidora hasta que no queden grumos. A continuación poner al fuego y sin dejar de remover, hervir y retirar inmediatamente.
En el recipiente en que vayas a servirlo poner el caramelo, las galletas que hayas elegido y la mezcla anterior. Dejar reposar hasta que se enfríe totalmente y cuando vayas a servirlo poner la mermelada de arándanos al gusto del comensal. ¡Buen provecho!
Si quieres más recetas typically Spanish, consulta nuestra sección de recetas.
posted by Euroresidentes at 12:38 PM
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