Cuando el metabolismo se ralentiza, almacenamos los alimentos en forma de grasa y engordamos. Las calorías cuentan, pero también interviene la eficacia con la que nuestro cuerpo quema esas calorías. El metabolismo es el modo en el que nuestro cuerpo utiliza las calorías de los alimentos que comemos y las convierte en energía. La tasa metabólica es la velocidad a la que consumimos dichas calorías. El objetivo es lograr que nuestro metabolismo alcance su mejor estado de funcionamiento para quemar el máximo de calorías a lo largo de todo el día; incluso mientras dormimos.
Aquí tenemos unos consejos para acelerar nuestro metabolismo.
Calcular nuestros requisitos calóricos diarios: para acelerar nuestro motor a la hora de quemar grasas, no conviene sobrecargar el sistema con demasiados alimentos. Caluclar cuántas calorías necesitamos consumir cada día para perder peso con esta fórmula sencilla: multiplicar nuestro peso por 24,2. Por ejemplo, una mujer de 60kg necesitaría consumir unas 1,452 calorías diarias para adelgazar. En caso de las personas muy activas, multiplicar el peso por 26,4. Luego calcular el contenido calóricos de cada comida (ver
calculadora de calorías y
tabla de calorías)
Tomar proteínas magras e hidratos de carbono buenos: nuestro cuerpo quema algunas de sus propias calorías cuando digiere lo que comemos. Esto se denomina efecto térmico de los alimentos y es lo que hace que las proteínas (que tienen el efecto térmico más elevado de todos los alimentos) y los hidratos de carbono buenos sean aliados de nuestro metabolismo. Las proteínas magras como el pavo y el pollo también ayudan al desarrollo de la musculatura que, a su vez, quema calorías.
Beber agua: beber agua puede incrementar la velocidad con la que las personas queman calorías y el proceso de quema de calorías del metabolismo necesita agua para funcionar eficazmente. El agua tiene además mas ventajas: nos sacia, calma el apetito, limpia el sistema y elimina los gases del cuerpo. Beber al menos 8-10 vasos (de 200ml) al día; más si somos personas activas.
Hacer ejercicio físico: la actividad física es la responsable de entre un 20% y un 40% de las calorías que quemamos cada día, según el tipo de vida de cada uno. No hace falta apuntarse a un gimnasio para aumentar el nivel de ejercicio físico. Actividades como ir de compras, subir las escaleras en vez de tomar el ascensor, limpieza de la casa o el coche, ir andando en vez de coger el coche..... Si fijamos un objetivo realista de unas tres o cuatro sesiones de media hora de ejercicio a la semana, podemos ir aumentando. Cuánto más ejercicio se hace, mas calorías quemamos y mas podremos comer!! Ver:
Calorías quemadas según ejercicio y
ejercicios para adelgazar.
Hacer pesas: La tasa metabólica en reposo (RMR) es la velocidad con la que nuestro cuerpo quema calorías en reposo. Equivale al 60-70% de nuestro gasto calórico diario y está estrechamente relacionada con la cantidad de musculatura que tenemos. Los músculos queman más calorías que la grasa y, cuanta más musculatura tenemos, más calorías quema nuestro cuerpo, incluso mientras dormimos. Una buena forma de incrementar nuestra musculatura es haciendo pesas. De nuevo, no hace falta recurrir a un gimnasio. Subir y bajar dos botellas de agua mineral llenas de agua o arena es un ejemplo de un ejercicio de pesas casero.
Repartir las comidas a lo largo del día: cada vez que nuestro sistema digestivo se pone en marcha, quemamos calorías. Se puede reactivar el metabolismo y calmar el apetito si se dividen nuestro requisito calórico diario en cinco o seis comidas pequeñas y nutritivas al día en lugar del típico desayuno, comida y cena. Al tomar una comida de 200-400 calorías cada tres o cuatro horas, el cuerpo gastará más energía con la digestión y su tasa metabólica aumentará.
Dormir bien: según estudios publicados en las revistas Journal of the American Medical Association y The Lancet, la falta de sueño puede aumentar el hambre y afecta al metabolismo del cuerpo, pudiendo hacer que nos resulte más difícil perder peso. Las personas con falta de sueño pueden continuar sintiendo hambre a pesar de haber tomado una cantidad adecuada de alimentos, ya que se sabe que la falta de sueño afecta a la secreción de cortisol, una hormona que regula el apetito. Debemos procurar dormir al menos ocho horas todas las noches. Ver nuestros consejos para
vencer el insomnio.