Biocombustible de aguas residuales
Últimamente, cada vez más compañías se están dando cuenta de que las aguas residuales constituyen un verdadero "oro negro". En los últimos años, los lodos de aguas residuales se han utilizado para fabricar electricidad, fertilizantes, alimentos para peces y gasolina. Ahora, dos compañías se han asociado para convertir las aguas residuales en etanol. Previamente, se ha trabajado para producir etanol a partir de los residuos sólidos municipales, pero las aguas residuales apenas se han utilizado en la fabricación de etanol.
La compañía de etanol celulósico Qteros, de Marlborough, Massachusetts, y Applied Cleantech (ACT), una empresa de reciclado con sede en Israel, están combinando tecnologías para convertir las aguas residuales en biocombustible etanol. Según las compañías, el proceso podría dar lugar a un biocombustible de alta calidad reduciendo, al mismo tiempo, la factura mensual de las centrales de tratamiento de aguas residuales.
Según Jeff Hausthor, cofundador de Qteros y gestor principal del proyecto, el proceso de reciclado utiliza, como principal materia prima, los sólidos procedentes del tratamiento de las aguas residuales; un detalle interesante dado que lo habitual es que las centrales paguen por trasladar ese material en camiones a los vertederos o a lugares en los que se utilizan como fertilizantes.
Pero para Jim McMillan, ingeniero bioquímico principal del National Renewable Energy Laboratory que no participó en el proyecto, el uso de las aguas residuales no solo tiene sentido desde un punto de vista económico, sino también científico. Uno de los pasos principales en la producción del etanol celulósico implica la división de la materia vegetal y la separación de la celulosa de su dura piel de lignina, ya sea esquilando mecánicamente el material o bien tratándolo con fuertes sustancias químicas. En cambio, las aguas residuales que fluyen por las alcantarillas contienen una materia vegetal rica en celulosa y baja en lignina.
Hace seis años, investigadores de Applied Cleantech reconocieron las aguas residuales como fuente de celulosa alternativa y diseñaron un sistema para recuperar la celulosa a partir de las centrales de tratamiento de las aguas residuales. A medida que las aguas residuales entrantes fluyen por el sistema, una serie de bandejas de malla filtran el líquido y recuperan los sólidos. Los tanques en suspensión filtran la arena de los lodos y la mezcla sobrante se seca y comprime en forma de bolas o pasta.
Durante los últimos años, Qteros ha estado alimentando con la mezcla con a su organismo productor de etanol, el microbio Q, una bacteria que, por naturaleza, se alimenta de material vegetal y fermenta la celulosa en etanol utilizando sus propias enzimas. Los investigadores descubrieron que el microbio Q puede producir de 120 a 135 galones de etanol por tonelada de mezcla residual, en comparación con los 100 galones de etanol que se obtienen con materias primas convencionales, como los deshechos del maíz.
Fuente: Technology Review
La compañía de etanol celulósico Qteros, de Marlborough, Massachusetts, y Applied Cleantech (ACT), una empresa de reciclado con sede en Israel, están combinando tecnologías para convertir las aguas residuales en biocombustible etanol. Según las compañías, el proceso podría dar lugar a un biocombustible de alta calidad reduciendo, al mismo tiempo, la factura mensual de las centrales de tratamiento de aguas residuales.
Según Jeff Hausthor, cofundador de Qteros y gestor principal del proyecto, el proceso de reciclado utiliza, como principal materia prima, los sólidos procedentes del tratamiento de las aguas residuales; un detalle interesante dado que lo habitual es que las centrales paguen por trasladar ese material en camiones a los vertederos o a lugares en los que se utilizan como fertilizantes.
Pero para Jim McMillan, ingeniero bioquímico principal del National Renewable Energy Laboratory que no participó en el proyecto, el uso de las aguas residuales no solo tiene sentido desde un punto de vista económico, sino también científico. Uno de los pasos principales en la producción del etanol celulósico implica la división de la materia vegetal y la separación de la celulosa de su dura piel de lignina, ya sea esquilando mecánicamente el material o bien tratándolo con fuertes sustancias químicas. En cambio, las aguas residuales que fluyen por las alcantarillas contienen una materia vegetal rica en celulosa y baja en lignina.
Hace seis años, investigadores de Applied Cleantech reconocieron las aguas residuales como fuente de celulosa alternativa y diseñaron un sistema para recuperar la celulosa a partir de las centrales de tratamiento de las aguas residuales. A medida que las aguas residuales entrantes fluyen por el sistema, una serie de bandejas de malla filtran el líquido y recuperan los sólidos. Los tanques en suspensión filtran la arena de los lodos y la mezcla sobrante se seca y comprime en forma de bolas o pasta.
Durante los últimos años, Qteros ha estado alimentando con la mezcla con a su organismo productor de etanol, el microbio Q, una bacteria que, por naturaleza, se alimenta de material vegetal y fermenta la celulosa en etanol utilizando sus propias enzimas. Los investigadores descubrieron que el microbio Q puede producir de 120 a 135 galones de etanol por tonelada de mezcla residual, en comparación con los 100 galones de etanol que se obtienen con materias primas convencionales, como los deshechos del maíz.
Fuente: Technology Review
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