Fabricación de células cardíacas
Los resultados de una investigación publicada en la revista Nature indican que tratar células embrionarias de ratones con un cóctel de proteínas activa la producción de nuevas células musculares cardíacas. La receta, desarrollada por científicos del Gladstone Institute of Cardiovascular Disease, en San Francisco, se podría utilizar algún día para fabricar tejidos para terapias de reemplazo celular que devuelvan la capacidad de funcionamiento a un corazón enfermo.
Trabajando con embriones de ratones de una semana de edad, Benoit Bruneau y Jun Takeuchi descubrieron que un trío de proteínas podía dirigir ciertas células embrionarias para formar células musculares cardíacas, llamadas cardiomiocitos.
Estas células no solo produjeron proteínas características de las primeras etapas de desarrollo de las células cardíacas, sino que finalmente empezaron a latir.
Los ensayos de terapias celulares para cardiopatías realizados con humanos, que en su mayoría han utilizado células madre derivadas de la sangre del propio paciente, han dado lugar a resultados variados. Podría ser que transplantar miocitos cardíacos en lugar de células indiferenciadas sea más eficaz.
Los científicos habían logrado persuadir previamente a las células madre embrionarias –células especiales, derivadas de embriones, capaces de formar cualquier célula del cuerpo– para formar, en un plato, células cardíacas capaces de latir; pero estos métodos son menos eficaces, ya que tienden a producir otros tipos de células, como las células musculares que conforman los vasos sanguíneos, además de los miocitos que constituyen la musculatura cardiaca. En el nuevo estudio, los investigadores crearon células musculares cardíacas a partir de tejido que no estaba destinado a formar un corazón. Es más, descubrieron que algunas secciones de tejidos localizados fuera del embrión –células que formarían finalmente la placenta– también se transformaban con su tratamiento.
El hecho de que los científicos pueden convertir células parcialmente diferenciadas en células musculares cardíacas es una buena noticia para futuras terapias.
Finalmente, "podríamos ser capaces de fabricar miocitos cardíacos a partir de cualquier tipo de célula", señaló Bruneau; concretamente, fibroblastos cardíacos, que son las células que forman el tejido de las cicatrices después de un infarto. "Esa sería la terapia ideal; ser capaces de transformar esas células de cicatriz en miocitos cardíacos y devolverles la función que habían perdido", añadió Bruneau.
Fuente: Technology Review
Trabajando con embriones de ratones de una semana de edad, Benoit Bruneau y Jun Takeuchi descubrieron que un trío de proteínas podía dirigir ciertas células embrionarias para formar células musculares cardíacas, llamadas cardiomiocitos.
Estas células no solo produjeron proteínas características de las primeras etapas de desarrollo de las células cardíacas, sino que finalmente empezaron a latir.
Los ensayos de terapias celulares para cardiopatías realizados con humanos, que en su mayoría han utilizado células madre derivadas de la sangre del propio paciente, han dado lugar a resultados variados. Podría ser que transplantar miocitos cardíacos en lugar de células indiferenciadas sea más eficaz.
Los científicos habían logrado persuadir previamente a las células madre embrionarias –células especiales, derivadas de embriones, capaces de formar cualquier célula del cuerpo– para formar, en un plato, células cardíacas capaces de latir; pero estos métodos son menos eficaces, ya que tienden a producir otros tipos de células, como las células musculares que conforman los vasos sanguíneos, además de los miocitos que constituyen la musculatura cardiaca. En el nuevo estudio, los investigadores crearon células musculares cardíacas a partir de tejido que no estaba destinado a formar un corazón. Es más, descubrieron que algunas secciones de tejidos localizados fuera del embrión –células que formarían finalmente la placenta– también se transformaban con su tratamiento.
El hecho de que los científicos pueden convertir células parcialmente diferenciadas en células musculares cardíacas es una buena noticia para futuras terapias.
Finalmente, "podríamos ser capaces de fabricar miocitos cardíacos a partir de cualquier tipo de célula", señaló Bruneau; concretamente, fibroblastos cardíacos, que son las células que forman el tejido de las cicatrices después de un infarto. "Esa sería la terapia ideal; ser capaces de transformar esas células de cicatriz en miocitos cardíacos y devolverles la función que habían perdido", añadió Bruneau.
Fuente: Technology Review
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