Evitar fluctuaciones en el abastecimiento de energías ecológicas
Los organismos unicelulares capaces de convertir la electricidad en metano podrían ayudar a resolver uno de los principales problemas de las energías renovables: su falta de fiabilidad en comparación con el abastecimiento continuo proporcionado por las contaminantes centrales eléctricas de combustibles sólidos.
La energía eólica es caprichosa, mientras que el abastecimiento de la energía solar decae por la noche o en los días nublados. Estas fluctuaciones en el abastecimiento, plantean serios problemas para las redes eléctricas que requieren unos niveles estables a lo largo del día. Las propuestas para hacer frente a estas fluctuaciones en el abastecimiento de las energías ecológicas incluyen el desarrollo de mejores baterías o el rediseñamiento de la red de suministro eléctrica.
Una nueva idea sorprendente consiste en “alimentar”, con el excedente de energía, a unos microorganismos que la combinan con dióxido de carbono para fabricar metano; este metano resultante se puede almacenar, para quemarlo cuando sea necesario. El método también es sostenible, ya que el carbono no procede de las reservas de petróleo o carbón, sino que se obtiene de la atmósfera.
El nuevo método depende de un microorganismo estudiado por el equipo de Bruce Logan en la Universidad Estatal de Pensilvania. Al vivir en el cátodo de una célula electrolítica, el organismo puede ingerir electrones y utilizar su energía para convertir el dióxido de carbono en metano.
El equipo de Logan descubrió este comportamiento en un cultivo mixto de microorganismos, dominado por el Methanobacterium palustre. Hasta ahora se había sospechado la posibilidad de este comportamiento, pero no se había confirmado. Para Tom Curtis, del Institute for Research on Environment and Sustainability de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, el uso de microorganismos en lugar de los catalizadores convencionales es un gran avance, ya que al no haber metales nobles implicados en el proceso, éste debería ser muy barato.
De la energía introducida en el sistema en forma de electricidad, se recuperó finalmente el 80% cuando se quemó el metano; una eficacia bastante alta. "No se recupera toda la energía, pero es un problema con cualquier forma de almacenamiento de energía", señaló Curtis. Si el CO2 utilizado para fabricar el metano se capturase de las tuberías de tiro de las centrales eléctricas o incluso (utilizando métodos más complejos) del aire libre, el metano se convertiría en un combustible neutro en cuanto a emisiones de dióxido de carbono.
Según Logan, las aplicaciones comerciales de este sistema se podrían ver en apenas unos cuantos años.
Fuente: New Scientist
La energía eólica es caprichosa, mientras que el abastecimiento de la energía solar decae por la noche o en los días nublados. Estas fluctuaciones en el abastecimiento, plantean serios problemas para las redes eléctricas que requieren unos niveles estables a lo largo del día. Las propuestas para hacer frente a estas fluctuaciones en el abastecimiento de las energías ecológicas incluyen el desarrollo de mejores baterías o el rediseñamiento de la red de suministro eléctrica.
Una nueva idea sorprendente consiste en “alimentar”, con el excedente de energía, a unos microorganismos que la combinan con dióxido de carbono para fabricar metano; este metano resultante se puede almacenar, para quemarlo cuando sea necesario. El método también es sostenible, ya que el carbono no procede de las reservas de petróleo o carbón, sino que se obtiene de la atmósfera.
El nuevo método depende de un microorganismo estudiado por el equipo de Bruce Logan en la Universidad Estatal de Pensilvania. Al vivir en el cátodo de una célula electrolítica, el organismo puede ingerir electrones y utilizar su energía para convertir el dióxido de carbono en metano.
El equipo de Logan descubrió este comportamiento en un cultivo mixto de microorganismos, dominado por el Methanobacterium palustre. Hasta ahora se había sospechado la posibilidad de este comportamiento, pero no se había confirmado. Para Tom Curtis, del Institute for Research on Environment and Sustainability de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, el uso de microorganismos en lugar de los catalizadores convencionales es un gran avance, ya que al no haber metales nobles implicados en el proceso, éste debería ser muy barato.
De la energía introducida en el sistema en forma de electricidad, se recuperó finalmente el 80% cuando se quemó el metano; una eficacia bastante alta. "No se recupera toda la energía, pero es un problema con cualquier forma de almacenamiento de energía", señaló Curtis. Si el CO2 utilizado para fabricar el metano se capturase de las tuberías de tiro de las centrales eléctricas o incluso (utilizando métodos más complejos) del aire libre, el metano se convertiría en un combustible neutro en cuanto a emisiones de dióxido de carbono.
Según Logan, las aplicaciones comerciales de este sistema se podrían ver en apenas unos cuantos años.
Fuente: New Scientist
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