Manera más rápida para detectar cáncer
Un nuevo chip de módico precio identifica rápidamente las proteínas del cáncer presentes en una gota de sangre.
Medir las proteínas en la sangre puede ayudar a los médicos a determinar el riesgo de cáncer de los pacientes y monitorizar la salud de los ancianos y personas con enfermedades crónicas. Pero los métodos actuales para comprobar la presencia de estas proteínas son demasiado caros y requieren demasiada sangre para realizarlos con regularidad. Un chip microfluídico, en ensayos clínicos, hace en 10 minutos en un solo chip lo que normalmente requiere varias horas de técnicos y con tan solo una gota de sangre. Los investigadores esperan hacer realidad los diagnósticos in situ basados en proteínas sanguíneas reduciendo el coste de estas pruebas al menos 10 veces.
El chip de diagnóstico lo están desarrollando el profesor de química de Caltech, James Heath, y Leroy Hood, presidente y fundador del Institute for Systems Biology, de Seattle. Heath y Hood han fundado una empres llamada Integrated Diagnostics para comercializar el chip.
"Las proteínas sanguíneas proporcionan una ventana increíble a la biología de la enfermedad", señala Paul Mischel, profesor de patología de la Universidad de California, Los Ángeles. Pero hoy por hoy, un test de una proteína sanguínea cuesta unos 500 dólares, y requiere de 10 a 15 mililitros de sangre y múltiples visitas al médico.
"Decidimos hacer las cosas mucho más baratas", señala Heath. Unos test rápidos y baratos que requieren una sola gota de sangre permitirían a los médicos relizar un seguimiento de más proteínas con más frecuencia, lo que permitiría a su vez, la detección más temprana de enfermedades como el cáncer y mejores cuidades preventivos para los ancianos. Los nuevos diagnósticos deberían ser también más precisos, señala Heath. Con los métodos tradicionales, las muestras de sangre permanecen a la espera durante horas o incluso días antes de que se complete el proceso de medición, lo cual es mucho tiempo para que se degraden.
El dispositivo de Heath y Hood, descrito en el ejemplar de esta semana de la revista Nature Biotechnology, empieza el proceso de análisis con algunos microfluidos sencillos. Una gota de sangre se introduce en un canal a microescala mediante la aplicación de una pequeña presión externa. Este primer canal se ramifica en otros más estrechos, que excluyen las células sanguíneas y admiten el plasma sanguíneo rico en proteínas. En los test sanguíneos tradicionales esta separación requiere un centrifugado.
Los canales más estrechos están diseñados con lo que Heath denomina una líneas de código de barra de proteínas de ADN ligadas a anticuerpos que capturan las proteínas de interés del plasma. Una vez expulsadas las células y el plasma, se introducen anticuerpos ligados a proteínas fluorescentes rojas, haciendo brillas las proteínas sanguíneas capturadas. Los códigos de barra de las proteínas se pueden leer con un microscopio fluorescente o un escáner gene-chip. La identidad de las proteínas sanguíneas capturadas se puede determinar por la localización de las líneas rojas en el código de barras con relación a una línea de referencia fluorescente de color verde.
Midiendo la cantidad de luz que irradia de la localización de una proteína concreta en el código de barras, Heath y Hood pueden cuantificar su concentración en sangre. Heath destaca que el chip puede medir las proteínas sanguíneas presentes en un amplio rango de concentración, lo que le permite medir no solo numerosas proteínas creadas por el sistema inmunológico, sino también otras proteínas más raras que se originan en órganos como el cerebro. El dispositivo es tan sensible como los tests convencionales de proteínas, y Heath y Hood pueden medir cualquier proteína que les interese fabricando chips personalizados con los anticuerpos adecuados.
Fuente: Technology Review
Medir las proteínas en la sangre puede ayudar a los médicos a determinar el riesgo de cáncer de los pacientes y monitorizar la salud de los ancianos y personas con enfermedades crónicas. Pero los métodos actuales para comprobar la presencia de estas proteínas son demasiado caros y requieren demasiada sangre para realizarlos con regularidad. Un chip microfluídico, en ensayos clínicos, hace en 10 minutos en un solo chip lo que normalmente requiere varias horas de técnicos y con tan solo una gota de sangre. Los investigadores esperan hacer realidad los diagnósticos in situ basados en proteínas sanguíneas reduciendo el coste de estas pruebas al menos 10 veces.
El chip de diagnóstico lo están desarrollando el profesor de química de Caltech, James Heath, y Leroy Hood, presidente y fundador del Institute for Systems Biology, de Seattle. Heath y Hood han fundado una empres llamada Integrated Diagnostics para comercializar el chip.
"Las proteínas sanguíneas proporcionan una ventana increíble a la biología de la enfermedad", señala Paul Mischel, profesor de patología de la Universidad de California, Los Ángeles. Pero hoy por hoy, un test de una proteína sanguínea cuesta unos 500 dólares, y requiere de 10 a 15 mililitros de sangre y múltiples visitas al médico.
"Decidimos hacer las cosas mucho más baratas", señala Heath. Unos test rápidos y baratos que requieren una sola gota de sangre permitirían a los médicos relizar un seguimiento de más proteínas con más frecuencia, lo que permitiría a su vez, la detección más temprana de enfermedades como el cáncer y mejores cuidades preventivos para los ancianos. Los nuevos diagnósticos deberían ser también más precisos, señala Heath. Con los métodos tradicionales, las muestras de sangre permanecen a la espera durante horas o incluso días antes de que se complete el proceso de medición, lo cual es mucho tiempo para que se degraden.
El dispositivo de Heath y Hood, descrito en el ejemplar de esta semana de la revista Nature Biotechnology, empieza el proceso de análisis con algunos microfluidos sencillos. Una gota de sangre se introduce en un canal a microescala mediante la aplicación de una pequeña presión externa. Este primer canal se ramifica en otros más estrechos, que excluyen las células sanguíneas y admiten el plasma sanguíneo rico en proteínas. En los test sanguíneos tradicionales esta separación requiere un centrifugado.
Los canales más estrechos están diseñados con lo que Heath denomina una líneas de código de barra de proteínas de ADN ligadas a anticuerpos que capturan las proteínas de interés del plasma. Una vez expulsadas las células y el plasma, se introducen anticuerpos ligados a proteínas fluorescentes rojas, haciendo brillas las proteínas sanguíneas capturadas. Los códigos de barra de las proteínas se pueden leer con un microscopio fluorescente o un escáner gene-chip. La identidad de las proteínas sanguíneas capturadas se puede determinar por la localización de las líneas rojas en el código de barras con relación a una línea de referencia fluorescente de color verde.
Midiendo la cantidad de luz que irradia de la localización de una proteína concreta en el código de barras, Heath y Hood pueden cuantificar su concentración en sangre. Heath destaca que el chip puede medir las proteínas sanguíneas presentes en un amplio rango de concentración, lo que le permite medir no solo numerosas proteínas creadas por el sistema inmunológico, sino también otras proteínas más raras que se originan en órganos como el cerebro. El dispositivo es tan sensible como los tests convencionales de proteínas, y Heath y Hood pueden medir cualquier proteína que les interese fabricando chips personalizados con los anticuerpos adecuados.
Fuente: Technology Review
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