Trajes espaciales
Los futuros trajes espaciales se podrían autoreparar
Según un artículo publicado el 27 de julio de 2006 en NewScientist.com, los futuros trajes espaciales podrían reparar sus propios agujeros, generar electricidad y eliminar gérmenes, gracias a los nuevos “materiales inteligentes”. Estos trajes podrían estar listos para el 2018, año en el que la NASA espera volver a la Luna.
La empresa ILC Dover LP, ubicada en Delaware, EEUU, que ha fabricado los trajes espaciales para la NASA desde la misión del Apollo en la década de los 60, ya ha estado probando estos nuevos tejidos inteligentes y los ha descrito, la semana pasada, en la 36th International Conference on Environmental Systems (ICES) celebrada en Norfolk, Virginia, EEUU.
El motivo de que estos trajes espaciales se puedan autoreparar de debe a su capa más interna, la que proporciona el cierre hermético del traje, que está rellena de un espeso gel polimérico. El gel, similar al caucho, se encuentra encerrado entre dos finas capas de poliuretano, de modo que si se produce un agujero en cualquiera de estas dos capas, el gel rebosa para sellarlo. En pruebas realizadas en la cámara de vacío, el gel reparó agujeros de hasta 2mm de grosor.
En caso de que se produjera un agujero de mayor tamaño, el propio material alertaría inmediatamente al astronauta indicándole la localización del mismo. El motivo es que el material contiene una capa por la que atraviesan cables con electricidad. Un agujero de gran tamaño rompería los circuitos dentro de la zona dañada y los sensores incorporados avisarían al ordenador central, afirma David Cadogan, director de InFlex, el programa de materiales inteligentes de ILC Dover.
Los trajes también serán capaces de proporcionar energía a los sensores por medio de unas células solares flexibles cosidas a la capa más externa. Varias de estas células ya se encuentran disponibles en el mercado y la empresa está realizando pruebas para ver cuáles de ellas funcionan mejor sobre un material inteligente en el espacio.
El material también mantiene a raya a los microbios gracias a unas capas de poliéster recubierto de plata que libera iones de plata y elimina las bacterias. Las capas de polietileno también sirven de protección para los astronautas, ya que al contener gran cantidad de hidrógeno bloquean las radiaciones.
La empresa, que ya ha probado estas características en varios materiales sin decidirse todavía por un diseño final, espera que la NASA los utilice cuando vuelva a enviar a los astronautas a la Luna.
El equipo de investigación de Cadogan también está diseñando un hábitat hinchable con materiales inteligentes que se podría utilizar como estación espacial o base en la Luna.
Fuente: New Scientist
Según un artículo publicado el 27 de julio de 2006 en NewScientist.com, los futuros trajes espaciales podrían reparar sus propios agujeros, generar electricidad y eliminar gérmenes, gracias a los nuevos “materiales inteligentes”. Estos trajes podrían estar listos para el 2018, año en el que la NASA espera volver a la Luna.
La empresa ILC Dover LP, ubicada en Delaware, EEUU, que ha fabricado los trajes espaciales para la NASA desde la misión del Apollo en la década de los 60, ya ha estado probando estos nuevos tejidos inteligentes y los ha descrito, la semana pasada, en la 36th International Conference on Environmental Systems (ICES) celebrada en Norfolk, Virginia, EEUU.
El motivo de que estos trajes espaciales se puedan autoreparar de debe a su capa más interna, la que proporciona el cierre hermético del traje, que está rellena de un espeso gel polimérico. El gel, similar al caucho, se encuentra encerrado entre dos finas capas de poliuretano, de modo que si se produce un agujero en cualquiera de estas dos capas, el gel rebosa para sellarlo. En pruebas realizadas en la cámara de vacío, el gel reparó agujeros de hasta 2mm de grosor.
En caso de que se produjera un agujero de mayor tamaño, el propio material alertaría inmediatamente al astronauta indicándole la localización del mismo. El motivo es que el material contiene una capa por la que atraviesan cables con electricidad. Un agujero de gran tamaño rompería los circuitos dentro de la zona dañada y los sensores incorporados avisarían al ordenador central, afirma David Cadogan, director de InFlex, el programa de materiales inteligentes de ILC Dover.
Los trajes también serán capaces de proporcionar energía a los sensores por medio de unas células solares flexibles cosidas a la capa más externa. Varias de estas células ya se encuentran disponibles en el mercado y la empresa está realizando pruebas para ver cuáles de ellas funcionan mejor sobre un material inteligente en el espacio.
El material también mantiene a raya a los microbios gracias a unas capas de poliéster recubierto de plata que libera iones de plata y elimina las bacterias. Las capas de polietileno también sirven de protección para los astronautas, ya que al contener gran cantidad de hidrógeno bloquean las radiaciones.
La empresa, que ya ha probado estas características en varios materiales sin decidirse todavía por un diseño final, espera que la NASA los utilice cuando vuelva a enviar a los astronautas a la Luna.
El equipo de investigación de Cadogan también está diseñando un hábitat hinchable con materiales inteligentes que se podría utilizar como estación espacial o base en la Luna.
Fuente: New Scientist