Efectos de ecografías
Los escáneres por ultrasonidos dañan el cerebro de los embriones de ratones
Según un artículo publicado el 8 de agosto de 2006 en la versión en línea de The Guardian, un estudio que emula los efectos de las ecografías realizadas durante el embarazo en humanos, afirma que los escáneres por ultrasonidos dañan el cerebro de los embriones de ratones.
Los cambios originados por los ultrasonidos son pequeños, por lo que los autores del estudio señalan que no hay motivo para que las mujeres embarazadas dejen de hacerse las ecografías. Sin embargo, planean realizar más pruebas en monos y, en caso de que suceda lo mismo con ellos, habría que revisar el uso de esta técnica para comprobar el estado de los bebés en el interior del útero.
Las ondas de ultrasonidos se encuentran a una frecuencia lo suficientemente elevada como para atravesar la carne. Las ondas rebotan en el tejido y los ecos permiten crear una imagen 3D del bebé, pero estas ondas también producen vibraciones en el tejido y pueden originar un incremento de la temperatura, lo que indica que podrían causar daños.
Existen pruebas no definitivas de que una exposición frecuente a ultrasonidos en la matriz puede conllevar una disminución del peso del cuerpo en el nacimiento, un aumento en las posibilidades de que el niño sea zurdo, y un retraso en el desarrollo del habla.
Pasko Rakic y su equipo, de la Yale Medical School de New Haven, Connecticut, han demostrado que los cerebros de embriones de ratones expuestos a ultrasonidos se desarrollan de forma anómala, pero han hecho hincapié en que desconocen si los cambios son lo suficientemente importantes como para alterar el comportamiento.
Fuente: The Guardian
Según un artículo publicado el 8 de agosto de 2006 en la versión en línea de The Guardian, un estudio que emula los efectos de las ecografías realizadas durante el embarazo en humanos, afirma que los escáneres por ultrasonidos dañan el cerebro de los embriones de ratones.
Los cambios originados por los ultrasonidos son pequeños, por lo que los autores del estudio señalan que no hay motivo para que las mujeres embarazadas dejen de hacerse las ecografías. Sin embargo, planean realizar más pruebas en monos y, en caso de que suceda lo mismo con ellos, habría que revisar el uso de esta técnica para comprobar el estado de los bebés en el interior del útero.
Las ondas de ultrasonidos se encuentran a una frecuencia lo suficientemente elevada como para atravesar la carne. Las ondas rebotan en el tejido y los ecos permiten crear una imagen 3D del bebé, pero estas ondas también producen vibraciones en el tejido y pueden originar un incremento de la temperatura, lo que indica que podrían causar daños.
Existen pruebas no definitivas de que una exposición frecuente a ultrasonidos en la matriz puede conllevar una disminución del peso del cuerpo en el nacimiento, un aumento en las posibilidades de que el niño sea zurdo, y un retraso en el desarrollo del habla.
Pasko Rakic y su equipo, de la Yale Medical School de New Haven, Connecticut, han demostrado que los cerebros de embriones de ratones expuestos a ultrasonidos se desarrollan de forma anómala, pero han hecho hincapié en que desconocen si los cambios son lo suficientemente importantes como para alterar el comportamiento.
Fuente: The Guardian
Etiquetas: medicina
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