Avances en odontología
Con las vibraciones adecuadas se puede hacer que vuelvan a crecer los dientes
Según un artículo publicado el 6 de julio de 2006 en la revista New Scientist (núm. 2559, pág. 25), un nuevo e ingenioso artilugio promete devolver una hermosa sonrisa a los jugadores de rugby y de hockey que han perdido algún diente. Se trata de un transmisor de ultrasonidos que encaja perfectamente en el interior de la boca de una persona, como los aparatos de ortodoncia, y que podría ayudar a que los dientes dañados volviesen a crecer.
El aparato envía impulsos ultrasónicos de baja potencia durante varios meses a los dientes dañados. Un cristal piezoeléctrico genera los ultrasonidos vibrando a frecuencias por encima de 20kH al ser alimentado con corriente alterna por un oscilador con una batería.
Jie Chen y Ying Tsui, ingenieros de la Universidad de Alberta, en Canadá, desarrollaron este diminuto dispositivo tras comprobar que la estimulación por ultrasonidos fomentaba la regeneración del tejido maxilar y de la dentadura dañada en animales: Tarek El-Bialy, de la Facultad de Medicina de Alberta, logró regenerar la dentadura de conejos que conservaban la raíz de algunos dientes con un dispositivo de mayor tamaño. Su trabajo publicado en el 2003 en el American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics (vol. 124, pág. 427), demostró por primera vez que los ultrasonidos de baja potencia podían estimular el crecimiento del tejido dental.
Los fisioterapeutas a menudo utilizan ultrasonidos para ayudar a soldar los huesos rotos. Aunque el mecanismo que subyace a esta curación todavía no se conoce detalladamente, una teoría sería que las ondas de presión imitan el efecto de un ejercicio intenso, sobrecargando el hueso y engañándolo para que genere más células óseas, dando lugar a un proceso conocido como osteogénesis.
Fuente: New Scientist
Según un artículo publicado el 6 de julio de 2006 en la revista New Scientist (núm. 2559, pág. 25), un nuevo e ingenioso artilugio promete devolver una hermosa sonrisa a los jugadores de rugby y de hockey que han perdido algún diente. Se trata de un transmisor de ultrasonidos que encaja perfectamente en el interior de la boca de una persona, como los aparatos de ortodoncia, y que podría ayudar a que los dientes dañados volviesen a crecer.
El aparato envía impulsos ultrasónicos de baja potencia durante varios meses a los dientes dañados. Un cristal piezoeléctrico genera los ultrasonidos vibrando a frecuencias por encima de 20kH al ser alimentado con corriente alterna por un oscilador con una batería.
Jie Chen y Ying Tsui, ingenieros de la Universidad de Alberta, en Canadá, desarrollaron este diminuto dispositivo tras comprobar que la estimulación por ultrasonidos fomentaba la regeneración del tejido maxilar y de la dentadura dañada en animales: Tarek El-Bialy, de la Facultad de Medicina de Alberta, logró regenerar la dentadura de conejos que conservaban la raíz de algunos dientes con un dispositivo de mayor tamaño. Su trabajo publicado en el 2003 en el American Journal of Orthodontics and Dentofacial Orthopedics (vol. 124, pág. 427), demostró por primera vez que los ultrasonidos de baja potencia podían estimular el crecimiento del tejido dental.
Los fisioterapeutas a menudo utilizan ultrasonidos para ayudar a soldar los huesos rotos. Aunque el mecanismo que subyace a esta curación todavía no se conoce detalladamente, una teoría sería que las ondas de presión imitan el efecto de un ejercicio intenso, sobrecargando el hueso y engañándolo para que genere más células óseas, dando lugar a un proceso conocido como osteogénesis.
Fuente: New Scientist
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