Sustancia en zumos de frutas podría perjudicar la salud
Los elevados niveles de antimonio en los zumos de frutas son motivo de preocupación para la salud, según afirman científicos europeos.
El antimonio no cumple ninguna función biológica y los efectos de la exposición en los seres humanos a largo plazo son desconocidos. El trióxido de antimonio, un supuesto cancerígeno, se utiliza como catalizador en la producción del tereftalato de polietileno (PET) que se utiliza en los envases de productos alimenticios.
Los estudios anteriores sobre la filtración de antimonio en el agua embotellada han investigado los efectos de condiciones físicas variables, como el tiempo, la temperatura y la luz solar. Pero Claus Hansen y sus colegas de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, especularon con que dado que el ácido cítrico es conocido por ser un eficaz agente de extracción de antimonio, las bebidas de frutas ácidas podrían lixiviar más antimonio que el agua a partir del PET.
Hansen midió la concentración de antimonio en 42 envases de zumos de frutas rojas como grosellas, fresas, frambuesas, guindas, menta y caramelo sintético, utilizando la espectrometría de masas con fuente de plasma de acoplamiento inductivo (ICP-MS), y descubrió concentraciones de antimonio hasta 17 veces más alta que las de los informes anteriores. Las concentraciones más altas de antimonio, que se encontraron en una marca concreta de zumo grosella, estaban por encima de los niveles recomendados por la UE para el agua potable (5 microgramos por litro).
A pesar de que los niveles de antimonio estaban altos en los zumos, el equipo no fue capaz de identificar el origen de la contaminación, que podría derivarse de la calidad del material de embalaje, del proceso de producción de la bebida o de la extracción con azúcar, explica Hansen.
"Las concentraciones de antimonio presentes en los productos analizados superaban el límite de antimonio establecido por la UE para el agua potable, pero no hay límites de antimonio establecidos para los productos alimenticios por lo que no se ha incumplido ninguna ley», señala Hansen. "No obstante, no podemos estar seguros de que los niveles de antimonio observados son inofensivos", añade.
Agneta Oskarsson, experta en toxicología de los alimentos de la Universidad sueca de Ciencias Agrícolas de Uppsala comenta, "[Este trabajo] hace hincapié en la necesidad de un seguimiento de la exposición y los riesgos para la salud de un mayor uso de estos elementos, dado que el conocimiento sobre la exposición al antimonio y su toxicidad son escasos".
Ahora, el equipo está tratando de detectar la fuente de la contaminación y de comprobar si el azúcar actúa como agente de extracción del antimonio en los materiales de PET, lo que podría conducir a restricciones en el uso del PET para el envasado de productos alimenticios ricos en azúcar.
Fuente: RSC
El antimonio no cumple ninguna función biológica y los efectos de la exposición en los seres humanos a largo plazo son desconocidos. El trióxido de antimonio, un supuesto cancerígeno, se utiliza como catalizador en la producción del tereftalato de polietileno (PET) que se utiliza en los envases de productos alimenticios.
Los estudios anteriores sobre la filtración de antimonio en el agua embotellada han investigado los efectos de condiciones físicas variables, como el tiempo, la temperatura y la luz solar. Pero Claus Hansen y sus colegas de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, especularon con que dado que el ácido cítrico es conocido por ser un eficaz agente de extracción de antimonio, las bebidas de frutas ácidas podrían lixiviar más antimonio que el agua a partir del PET.
Hansen midió la concentración de antimonio en 42 envases de zumos de frutas rojas como grosellas, fresas, frambuesas, guindas, menta y caramelo sintético, utilizando la espectrometría de masas con fuente de plasma de acoplamiento inductivo (ICP-MS), y descubrió concentraciones de antimonio hasta 17 veces más alta que las de los informes anteriores. Las concentraciones más altas de antimonio, que se encontraron en una marca concreta de zumo grosella, estaban por encima de los niveles recomendados por la UE para el agua potable (5 microgramos por litro).
A pesar de que los niveles de antimonio estaban altos en los zumos, el equipo no fue capaz de identificar el origen de la contaminación, que podría derivarse de la calidad del material de embalaje, del proceso de producción de la bebida o de la extracción con azúcar, explica Hansen.
"Las concentraciones de antimonio presentes en los productos analizados superaban el límite de antimonio establecido por la UE para el agua potable, pero no hay límites de antimonio establecidos para los productos alimenticios por lo que no se ha incumplido ninguna ley», señala Hansen. "No obstante, no podemos estar seguros de que los niveles de antimonio observados son inofensivos", añade.
Agneta Oskarsson, experta en toxicología de los alimentos de la Universidad sueca de Ciencias Agrícolas de Uppsala comenta, "[Este trabajo] hace hincapié en la necesidad de un seguimiento de la exposición y los riesgos para la salud de un mayor uso de estos elementos, dado que el conocimiento sobre la exposición al antimonio y su toxicidad son escasos".
Ahora, el equipo está tratando de detectar la fuente de la contaminación y de comprobar si el azúcar actúa como agente de extracción del antimonio en los materiales de PET, lo que podría conducir a restricciones en el uso del PET para el envasado de productos alimenticios ricos en azúcar.
Fuente: RSC
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