Alimentos que ayudan al cerebro
No se puede negar que nuestro cuerpo envejece con nosotros cronológicamente, pero las últimas investigaciones indican que podemos incrementar las posibilidades de mantener un cerebro saludable hasta una edad bien avanzada incorporando los siguientes alimentos a nuestra dieta diaria:
Arándanos: en estudios realizados con animales los investigadores han descubierto que los arándanos ayudan a proteger el cerebro del estrés oxidativo y pueden reducir los efectos de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como el Alzheimer o la demencia. Los estudios indican también que una dieta rica en arándanos incrementa de forma significativa la capacidad de aprendizaje y las habilidades motoras de las ratas al envejecer, pudiendo compararse mentalmente a otras ratas mucho más jóvenes.
Salmón salvaje: el salmón es rico en ácidos grasos esenciales omega-3; estos ácidos grasos, que contienen sustancias antiinflamatorias y son fundamentales para la función cerebral se encuentran también en otros pescados grasos y en algunos productos especialmente modificados.
Frutos secos y semillas: los frutos secos y las semillas son una buena fuente de vitamina E y unos niveles elevados de esta vitamina dan lugar a un menor deterioro cognitivo durante el envejecimiento. Conviene añadir unos 30gr al día de nueces, avellanas, nueces de Brasil, almendras, anacardos, cacahuetes, semillas de girasol, semillas de sésamo, etc. (lo mejor es tomarlos al natural y sin sal).
Aguacates: son tan buenos como los arándanos para la salud cerebral y, además, es una fruta grasa que contiene grasas monoinsaturadas, lo que contribuye a mantener una circulación sanguínea saludable. Los aguacates también disminuyen la tensión arterial y, puesto que la hipertensión es un factor de riesgo para el deterioro de las capacidades cognitivas, una tensión arterial mas baja debería potenciar la salud cerebral.
Cereales integrales: los cereales integrales como la avena, el pan integral y el arroz integral pueden reducir el riesgo de cardiopatía. Si se mejora la salud cardiovascular, se potencia el buen funcionamiento del organismo, lo que incluye el cerebro.
Legumbres: las judías son económicas y estabilizan os niveles de glucosa (azúcar en sangre). El cerebro utiliza la glucosa como combustible y, puesto que no puede almacenarla, depende de un aporte de energía continuado; las judías pueden proporcionar esta energía.
Zumo de granada: proporciona unos potentes beneficios antioxidantes, que protegen el cerebro del daño causado por los radicales libres. También se puede comer la fruta en sí pero sus muchas semillas diminutas, hacen que no sea tan práctico como el zumo. Otras frutas cítricas y vegetales poseen también importantes propiedades antioxidantes.
Té recién preparado: dos o tres tazas al día de té recién preparado (caliente o frío) contienen una modesta cantidad de cafeína que, consumida en moderación, puede potenciar la capacidad cerebral mejorando la memoria, la atención y el humor.
Chocolate puro: tiene importantes propiedades antioxidantes; contiene varios estimulantes naturales (incluida la cafeína), que mejoran la atención y la concentración; y estimula la producción de endorfinas, lo que ayuda a mejorar el estado de ánimo. Unos 30gr al día son suficientes.
Fuente: WebMD
Arándanos: en estudios realizados con animales los investigadores han descubierto que los arándanos ayudan a proteger el cerebro del estrés oxidativo y pueden reducir los efectos de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como el Alzheimer o la demencia. Los estudios indican también que una dieta rica en arándanos incrementa de forma significativa la capacidad de aprendizaje y las habilidades motoras de las ratas al envejecer, pudiendo compararse mentalmente a otras ratas mucho más jóvenes.
Salmón salvaje: el salmón es rico en ácidos grasos esenciales omega-3; estos ácidos grasos, que contienen sustancias antiinflamatorias y son fundamentales para la función cerebral se encuentran también en otros pescados grasos y en algunos productos especialmente modificados.
Frutos secos y semillas: los frutos secos y las semillas son una buena fuente de vitamina E y unos niveles elevados de esta vitamina dan lugar a un menor deterioro cognitivo durante el envejecimiento. Conviene añadir unos 30gr al día de nueces, avellanas, nueces de Brasil, almendras, anacardos, cacahuetes, semillas de girasol, semillas de sésamo, etc. (lo mejor es tomarlos al natural y sin sal).
Aguacates: son tan buenos como los arándanos para la salud cerebral y, además, es una fruta grasa que contiene grasas monoinsaturadas, lo que contribuye a mantener una circulación sanguínea saludable. Los aguacates también disminuyen la tensión arterial y, puesto que la hipertensión es un factor de riesgo para el deterioro de las capacidades cognitivas, una tensión arterial mas baja debería potenciar la salud cerebral.
Cereales integrales: los cereales integrales como la avena, el pan integral y el arroz integral pueden reducir el riesgo de cardiopatía. Si se mejora la salud cardiovascular, se potencia el buen funcionamiento del organismo, lo que incluye el cerebro.
Legumbres: las judías son económicas y estabilizan os niveles de glucosa (azúcar en sangre). El cerebro utiliza la glucosa como combustible y, puesto que no puede almacenarla, depende de un aporte de energía continuado; las judías pueden proporcionar esta energía.
Zumo de granada: proporciona unos potentes beneficios antioxidantes, que protegen el cerebro del daño causado por los radicales libres. También se puede comer la fruta en sí pero sus muchas semillas diminutas, hacen que no sea tan práctico como el zumo. Otras frutas cítricas y vegetales poseen también importantes propiedades antioxidantes.
Té recién preparado: dos o tres tazas al día de té recién preparado (caliente o frío) contienen una modesta cantidad de cafeína que, consumida en moderación, puede potenciar la capacidad cerebral mejorando la memoria, la atención y el humor.
Chocolate puro: tiene importantes propiedades antioxidantes; contiene varios estimulantes naturales (incluida la cafeína), que mejoran la atención y la concentración; y estimula la producción de endorfinas, lo que ayuda a mejorar el estado de ánimo. Unos 30gr al día son suficientes.
Fuente: WebMD
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