Relación entre obesidad infantil y anuncios de comida rápida
Un nuevo estudio publicado este mes en la revista Journal of Law and Economics indica que una prohibición de los anuncios de comida basura en los EEUU podría reducir hasta un 18% la cifra de niños con sobrepeso. El estudio señala también que eliminando los gastos deducibles asociados a los anuncios televisivos se obtendría una reducción de la obesidad infantil, aunque en menor grado.
El estudio ha sido realizado por la National Bureau of Economic Research (NBER) con financiación de los National Institutes of Health (NIH). Los economistas de la NBER Shin-Yi Chou, de la Universidad de Lehigh, Inas Rashad, de la Universidad Estatal de Georgia y Michael Grossman, del Centro de Graduados de la Universidad de la Ciudad de Nueva York son coautores del trabajo que mide el número de horas de mensajes de publicidad televisiva sobre comida basura que visualizan los niños a la semana.
Los autores observaron que una prohibición de los anuncios televisivos de comida basura en horario de programación infantil reduciría un 18% la cifra niños de 3 a 11 años con sobrepeso, y un 14% la de adolescentes de 12 a 18 años con sobrepeso. El efecto es más marcado en los hombres que en las mujeres.
Aunque una prohibición sería eficaz, los autores se cuestionan también si una implicación de este grado por parte del gobierno y los costes de la implementación de dichas políticas constituyen una opción práctica. En caso de seguir esta línea, EEUU se sumaría a Suecia, Noruega y Finlandia como únicos países que han prohibido el patrocinio comercial en los programas infantiles.
El estudio observó también que la eliminación de los gastos deducibles ligados a la publicidad produciría igualmente una reducción de la obesidad infantil, pero a un ritmo más bajo (del 5-7%). La publicidad se considera un gasto comercial y, como tal, se puede deducir de la base imponible. Según los autores, esta eliminación equivaldría a incrementar el precio de la publicidad un 54%. Esto, consecuentemente, tendría como resultado una reducción en el número de anuncios publicitarios de comida basura: un 40% de los destinados a niños y un 33% de los destinados a dolescentes.
El estudio, el mayor de su clase para relacionar directamente la obesidad infantil con la publicidad de la comida basura en la televisión estadounidense, se basa en la observación de los hábitos de cerca de 13.000 niños, utilizando los datos de la “1979 Child-Young Adult National Longitudinal Survey of Youth” y la “1997 National Longitudinal Survey of Youth”, ambas realizadas por el Ministerio de Trabajo estadounidense.
Fuente: Medilexicon
El estudio ha sido realizado por la National Bureau of Economic Research (NBER) con financiación de los National Institutes of Health (NIH). Los economistas de la NBER Shin-Yi Chou, de la Universidad de Lehigh, Inas Rashad, de la Universidad Estatal de Georgia y Michael Grossman, del Centro de Graduados de la Universidad de la Ciudad de Nueva York son coautores del trabajo que mide el número de horas de mensajes de publicidad televisiva sobre comida basura que visualizan los niños a la semana.
Los autores observaron que una prohibición de los anuncios televisivos de comida basura en horario de programación infantil reduciría un 18% la cifra niños de 3 a 11 años con sobrepeso, y un 14% la de adolescentes de 12 a 18 años con sobrepeso. El efecto es más marcado en los hombres que en las mujeres.
Aunque una prohibición sería eficaz, los autores se cuestionan también si una implicación de este grado por parte del gobierno y los costes de la implementación de dichas políticas constituyen una opción práctica. En caso de seguir esta línea, EEUU se sumaría a Suecia, Noruega y Finlandia como únicos países que han prohibido el patrocinio comercial en los programas infantiles.
El estudio observó también que la eliminación de los gastos deducibles ligados a la publicidad produciría igualmente una reducción de la obesidad infantil, pero a un ritmo más bajo (del 5-7%). La publicidad se considera un gasto comercial y, como tal, se puede deducir de la base imponible. Según los autores, esta eliminación equivaldría a incrementar el precio de la publicidad un 54%. Esto, consecuentemente, tendría como resultado una reducción en el número de anuncios publicitarios de comida basura: un 40% de los destinados a niños y un 33% de los destinados a dolescentes.
El estudio, el mayor de su clase para relacionar directamente la obesidad infantil con la publicidad de la comida basura en la televisión estadounidense, se basa en la observación de los hábitos de cerca de 13.000 niños, utilizando los datos de la “1979 Child-Young Adult National Longitudinal Survey of Youth” y la “1997 National Longitudinal Survey of Youth”, ambas realizadas por el Ministerio de Trabajo estadounidense.
Fuente: Medilexicon
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