Zumos que disminuyen la absorción de fármacos
Se sabe desde hace años que el zumo de pomelo puede aumentar la absorción de ciertos fármacos, existiendo la posibilidad de que dosis normales se conviertan en sobredosis. Ahora, según un artículo publicado este mes en medicalnewstoday.com, el investigador que identificó por primera vez esta interacción ha aportado nuevas pruebas de que el zumo de pomelo y otros zumos de frutas comunes, incluidos los de naranja y manzana, pueden producir el efecto contrario disminuyendo considerablemente la absorción de otros fármacos y reduciendo, por tanto, sus efectos beneficiosos.
El estudio proporciona otro motivo para no beber zumo de pomelo ni de estas otras frutas cuando se toman ciertos fármacos, incluidos algunos que se recetan para combatir las enfermedades coronarias, el cáncer, el rechazo a los transplantes de órganos y las infecciones. Los resultados de la investigación, que supone el primer estudio controlado en humanos de este tipo de interacción, se describieron en la “236th National Meeting of the American Chemical Society”.
David G. Bailey, doctor y profesor de farmacología clínica en la Universidad de Western Ontario, en Canadá, y sus colegas anunciaron hace casi 20 años el inesperado descubrimiento de que el zumo de pomelo podía incrementar considerablemente en el cuerpo los niveles del fármaco felodipina utilizado para tratar la tensión arterial alta, lo que implica un peligro potencial por la concentración excesiva de fármaco en sangre. Desde entonces, otros investigadores han identificado cerca de 50 medicamentos con los que existe riesgo de sobredosis inducida por la interacción con el zumo de pomelo. Como resultado, algunos medicamentos incluyen ya avisos en los prospectos.
En la última investigación, el equipo de Bailey administró fexofenadina a voluntarios sanos, un antihistamínico utilizado para combatir alergias. Los voluntarios tomaron el fármaco con un vaso de zumo de pomelo, agua con naringin (sustancia presente en el zumo de pomelo que le da su sabor amargo) o bien solo agua. Cuando se tomó la fexofenadina con el zumo de pomelo sólo se absorbió la mitad del fármaco, en comparación con cuando se tomó el fármaco solo con agua, señaló Bailey. Esta pérdida de la mitad del fármaco puede ser fundamental para el funcionamiento de ciertos fármacos, destacó.
También observaron que el ingrediente activo del zumo de pomelo, el naringin, parece bloquear un transportador fundamental de la absorción del fármaco llamado OATP1A2, que lleva el fármaco desde el intestino delgado al torrente sanguíneo. El bloqueo de este transportador reduce la absorción del fármaco y neutraliza sus potenciales beneficios. Por el contrario, en el caso de los fármacos cuyos niveles se ven incrementados en presencia del zumo de pomelo, éste parece bloquear una importante enzima metabolizante del fármaco llamada CYP3A4.
"Esto es tan solo la punta del iceberg", señaló Bailey, que está seguro de que encontrará más y más fármacos a los que afecta de este modo.
Fuente: Medical News Today
El estudio proporciona otro motivo para no beber zumo de pomelo ni de estas otras frutas cuando se toman ciertos fármacos, incluidos algunos que se recetan para combatir las enfermedades coronarias, el cáncer, el rechazo a los transplantes de órganos y las infecciones. Los resultados de la investigación, que supone el primer estudio controlado en humanos de este tipo de interacción, se describieron en la “236th National Meeting of the American Chemical Society”.
David G. Bailey, doctor y profesor de farmacología clínica en la Universidad de Western Ontario, en Canadá, y sus colegas anunciaron hace casi 20 años el inesperado descubrimiento de que el zumo de pomelo podía incrementar considerablemente en el cuerpo los niveles del fármaco felodipina utilizado para tratar la tensión arterial alta, lo que implica un peligro potencial por la concentración excesiva de fármaco en sangre. Desde entonces, otros investigadores han identificado cerca de 50 medicamentos con los que existe riesgo de sobredosis inducida por la interacción con el zumo de pomelo. Como resultado, algunos medicamentos incluyen ya avisos en los prospectos.
En la última investigación, el equipo de Bailey administró fexofenadina a voluntarios sanos, un antihistamínico utilizado para combatir alergias. Los voluntarios tomaron el fármaco con un vaso de zumo de pomelo, agua con naringin (sustancia presente en el zumo de pomelo que le da su sabor amargo) o bien solo agua. Cuando se tomó la fexofenadina con el zumo de pomelo sólo se absorbió la mitad del fármaco, en comparación con cuando se tomó el fármaco solo con agua, señaló Bailey. Esta pérdida de la mitad del fármaco puede ser fundamental para el funcionamiento de ciertos fármacos, destacó.
También observaron que el ingrediente activo del zumo de pomelo, el naringin, parece bloquear un transportador fundamental de la absorción del fármaco llamado OATP1A2, que lleva el fármaco desde el intestino delgado al torrente sanguíneo. El bloqueo de este transportador reduce la absorción del fármaco y neutraliza sus potenciales beneficios. Por el contrario, en el caso de los fármacos cuyos niveles se ven incrementados en presencia del zumo de pomelo, éste parece bloquear una importante enzima metabolizante del fármaco llamada CYP3A4.
"Esto es tan solo la punta del iceberg", señaló Bailey, que está seguro de que encontrará más y más fármacos a los que afecta de este modo.
Fuente: Medical News Today
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