El boicot al cava
Durante estos días se habla del boicot al cava catalán en muchos sitios. El año pasado ya escribimos en Navidad sobre este tema en "El cava de izquierdas, el champán de derechas... ". Al parecer el tema no es para tomárselo a broma dado que está haciendo un daño considerable.
Nuestra postura es clara al respecto: que los errores y la miopía política no la pague la gastronomía, llámese Cava, Ferrán Adrià, Santi Santamaria o Carmen Ruscalleda.
La Cátedra Ferran Adriá está en Madrid en la universidad CJC; Santi Santamaría vela por el restaurante Santceloni en la madrileña Castellana y Carmen Ruscadella conquistaría (gastronómicamente hablando) desde los Pirineos hasta Ayamonte. No creo que la inteligencia de los madrileños o de los españoles se merezca necias llamadas a boicotear lo catalán y privarnos de la excelencia gastronómica que ha logrado en todo el mundo.
¿Boicot al cava o a los políticos?
Y es que todo lo que vamos sobrados de altura gastronómica, estamos escasos de inteligencia política. El boicot al cava no es acertado, ni justo. ¿Qué culpa tienen las pobres vides del Penadés? El boicot hay que hacerlo a Zapatero (por ingenuo e inocente), a Rajoy (por patriota de hojalata y descocado) y muy especialmente a Maragall, Carod Rovira, incluidos Mas y compañía.
Si los políticos españoles y catalanes tuvieran la altura de los grandes de la gastronomía española quizás no habría ningún problema de exceso de nacionalismo o de patriotismo de pacotilla. Estoy seguro que los españoles saben disfrutar de Cataluña y a los catalanes inteligentes les interesa España por muchas razones.
Lo dicho, boicot al cava no, si acaso a los políticos. No estoy dispuesto a prescindir ni del cava, ni de la butifarra, del pan a la catalana o de la crema catalana...
Viva la cocina catalana y los productos catalanes.
Temas relacionados con Boicot al Cava:
Nuestra postura es clara al respecto: que los errores y la miopía política no la pague la gastronomía, llámese Cava, Ferrán Adrià, Santi Santamaria o Carmen Ruscalleda.
La Cátedra Ferran Adriá está en Madrid en la universidad CJC; Santi Santamaría vela por el restaurante Santceloni en la madrileña Castellana y Carmen Ruscadella conquistaría (gastronómicamente hablando) desde los Pirineos hasta Ayamonte. No creo que la inteligencia de los madrileños o de los españoles se merezca necias llamadas a boicotear lo catalán y privarnos de la excelencia gastronómica que ha logrado en todo el mundo.
¿Boicot al cava o a los políticos?
Y es que todo lo que vamos sobrados de altura gastronómica, estamos escasos de inteligencia política. El boicot al cava no es acertado, ni justo. ¿Qué culpa tienen las pobres vides del Penadés? El boicot hay que hacerlo a Zapatero (por ingenuo e inocente), a Rajoy (por patriota de hojalata y descocado) y muy especialmente a Maragall, Carod Rovira, incluidos Mas y compañía.
Si los políticos españoles y catalanes tuvieran la altura de los grandes de la gastronomía española quizás no habría ningún problema de exceso de nacionalismo o de patriotismo de pacotilla. Estoy seguro que los españoles saben disfrutar de Cataluña y a los catalanes inteligentes les interesa España por muchas razones.
Lo dicho, boicot al cava no, si acaso a los políticos. No estoy dispuesto a prescindir ni del cava, ni de la butifarra, del pan a la catalana o de la crema catalana...
Viva la cocina catalana y los productos catalanes.
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