Platos de cuchara
Aunque las flores de los almendros van anunciando un progresivo cambio de estación, estamos en una etapa dura del invierno, los rigores del clima con nieve, lluvia se dejan sentir en muchas partes de España. La cocina tradicional española, la sólida cocina manchega, en general los denominados paltos de cuchara vienen muy bien durante esta época del año.
El reciente temporal de nieve que ha afectado a toda la península ibérica ha acabado con las frutas y verduras típicas de este mes de febrero. Las pocas que se encuentran son muy caras (han multiplicado su precio por seis, por diez... en casi toda España). Hace décadas cuando el progreso no nos había proporcionado las técnicas de los invernaderos, los pastores y gentes del campo recurrían sabiamente a platos de cuchara a base de cereales, legumbres, etc. Digestivos, y muy saludables proporcionaban energía para los duros trabajos de invierno al aire libre.
Platos de cuchara hoy
En los despachos con calefacción y sin cargar con duras faenas agrícolas o ganaderas los platos de cuchara están prohibidos por la mayoría. Grave error. Son parte de nuestra dieta mediterránea. Bien cocinados, desprovistos de excesivas grasas y tomados en cantidades pequeñas no deberían vetarse en nuestros hogares o restaurantes. De hecho, son muchas las cartas de restaurantes que han incorporado esta idea, ostentando orgullosamente guisos del día o platos de cuchara.
Recetario tradicional
Las recetas tradicionales tienen una historia de sabiduría popular incorporada a cada plato, a cada guiso. Así, se dice que las migas eran el mayor protector de los pastores. Tras días fuera de casa con el ganado, el pan duro en la sartén con aceite y cualquier cosa que tuvieran. Por eso las migas se comen tradicionalmente con casi todo: jamón, fiambres, huevos, uvas u otros frutos, chocolate... todo un aporte alimenticio para aguantar el duro clima.
Qué decir de las bíblicas lentejas. Cocinadas con huesos de jamón, verduras muy diversas... casi con los restos de la despensa de invierno. Ricas, sabrosas, saludables...
Incluso aquellos platos más fuertes, por ejemplo, unas manitas de cerdo con mollejas, hechos con mucha verdura y tomados en pequeñas cantidades, pueden tomarse sin miedo. Además es sabido que estos guisos se pueden guardar en el refrigerador o congelador y días después está incluso más sabroso.
Bueno y esto sería interminable: garbanzos, cocido, alubias, olletas... ¡que siente bien!.
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Etiquetas: Alimentacion, Cocina
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